Stand clear of the closing doors (Crítica)

Stand clear of the closing doors (Crítica)

Luego de reunir exitosamente la módica cantidad de 35 mil dólares a través de la página de Internet Kickstarer.com, Sam Fleicher ha logrado realizar, pese a las inclemencias del huracán ‘Sandy’ y los limitados permisos de rodaje, una película cuyo montaje porta con resplandor el estilo de una nueva década.

A través de una impresionante mezcla entre retratos ficticios y muchos otros filmados directamente de la realidad, el lente se convierte en los ojos de ‘Ricky’, un niño latino pre adolescente con síndrome de espectro autista quien, al no ser recogido de la escuela por su hermana mayor, decide emprender un viaje de 11 días en el metro de Nueva York. Su visión, aquella obsesiva con los detalles con una insaciable capacidad de asombro, nos permite conocer toda la cosmocultura existente debajo de La Gran Manzana, la melting pot del mundo con sus integrantes viviendo al máximo su identidad: nativos de cada punto del planeta, bailarines y cantantes de hip hop, músicos callejeros, artistas urbanos y la confrontación moderna de la división racial, todo bajo la obscuridad del underground. Todo nos recuerda a la primera vez que dimos una paseo a lugares desconocidos, como cuando niños considerábamos fascinantes los fenómenos sociales y naturales que como adultos nunca voltearemos a ver, pues los dimos hace tiempo por sentados.

El film, lejos de limitarse a una función meramente cinematográfica -aunque por su calidad perfectamente podría-, crea un perfecto balance narrativo entre un ‘Ricky’ que no come ni es capaz de ir al baño por sí solo y la historia de su familia, conformada por una madre autoritaria e histérica, una hermana adolescente sin la madurez suficiente para comprender la magnitud del problema y un padre ausente obligado a hacerse presente y reconciliarse con su esposa durante la tragedia. A todo hay que agregar la alerta permanente y manifestación inminente del huracán ‘Sandy’.

Contrastan dos situaciones bastante adversas: la de un individuo viviendo una problemática que en cualquier momento podría solucionar por medio de bajarse del vagón y subir las escaleras y, por otro lado, una familia haciendo todo lo posible por encontrar a un hijo perdido, luchando contra los obstáculos sociales. Es un precioso equilibrio entre la lucha del personaje contra el sistema y la lucha contra uno mismo.

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