La enseñanza detrás de ‘Zack & Miri Make a Porno’

La enseñanza detrás de ‘Zack & Miri Make a Porno’

Zack & Miri Make A Porno (2008) es una película dirigida por Kevin Smith, que cuenta la historia de dos mejores amigos, Zach y Miri (interpretados por Seth Rogen y Elizabeth Banks) quienes se encuentran en problemas económicos por lo que, evidentemente, toman la decisión de producir una película erótica para ganar dinero de una manera fácil y rápida.

Sinceramente, la única razón por la cual decidí ver esta película anoche fue porque no podía dormir. Mi plan era distraerme viendo una película ligera hasta quedarme dormido, pero conforme la película fue avanzando me di cuenta del verdadero mensaje detrás de una película que, en la superficie, no parece más que otra comedia ridícula con chistes de sexo y desnudos.

‘Zack’ es un perdedor que se describe a sí mismo como “alguien que jamás ha hecho algo bien en toda su vida”, trabaja en una cafetería, no estudia y usa su tiempo libre para jugar hockey sobre hielo.

Sin embargo, todo cambia cuando tiene la idea de realizar su propia película para adultos. ‘Zack’ pide dinero prestado a un amigo para producir su película, contrata a un camarógrafo que encuentra en un juego de hockey, reúne un elenco, consigue una locación donde filmar, escribe el guion para la película y dirige la misma.

De esta forma, pasa de ser un simple empleado detrás de un mostrador a ser el director, productor, escritor y actor de su propia película, algo que también le pasó a Kevin Smith, el director, cuando escribió, dirigió, produjo y actuó en ‘Clerks’ (1994), película considerada un clásico de culto.

Detrás de todos los chistes doble sentido, los desnudos, las groserías e insultos, ‘Zack & Miri Make A Porno’ esconde la idea de que cualquier persona con suficiente imaginación y determinación puede llegar a realizar una película.

El filme que mejor demuestra esta idea es ‘Tangerine’ (2015), la cual fue dirigida, escrita y producida por Sean Baker y grabada totalmente con la cámara un iPhone 5s, utilizando una aplicación que tiene un precio de ocho dólares (Filmic Pro).

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