Hace unos días una noticia sacudió al sector empresarial del país, se trata nada más y nada menos que de la reducción en impuestos a los productos importados de China. Esta medida tomada por el Gobierno ha generado reacciones para empresarios del ramo de los plásticos, jugueterías, del vestido y del calzado; y la noticia ha consternado ya que los productos chinos serán muchísimo más baratos que los producidos en nuestro país y se visualiza una afectación para las empresas mexicanas.
Es por eso, que los empresarios han solicitado al Gobierno medidas para que la disminución en impuestos de productos importados de China, no merme a sus industrias, en especial a la del calzado que genera más de 118 mil trabajos directamente sólo en el Estado de Guanajuato.
Pero hay que reflexionar sobre esto, si seguimos esperando que los gobernantes protejan a las empresas mexicanas, entonces no generamos empresas verdaderamente competitivas. Al contrario, creamos empresas endebles, poco competitivas e innovadoras ante empresas internacionales y las mantenemos en un área de confort.
Si queremos ver empresas exitosas, éstas deben de enfrentarse ante cualquier adversidad y así podrán adquirir habilidades de competencia, lo cual las obligará a dar productos de calidad.
Si bien es muy fácil para el Gobierno y para los empresarios crear medidas que frenen a empresas extranjeras, y que hasta cierto punto son entendibles para la protección del empleo; pero hay que darnos cuenta que en la actualidad vivimos en un capitalismo globalizado y por lo tanto tenemos la necesidad de crear empresas mexicanas que practiquen este tipo de medidas e influyan en el mercado mundial. El reto es no protegerse sino competir, con calidad e innovación.
