Haciendo un poco de ejercicio en el gimnasio, miré que pasaban el béisbol. Era el partido de los Yankees contra los Tigres de Detroit. Por cierto, no terminé de ver ese partido, pero los bombarderos del Bronx iban ganando el partido… digamos que con clara ventaja. Yo me emocionaba con cada batazo, con cada hit o cada cuadrangular. Incluso con una que otra espectacular atrapada. Cuando el hombre de al lado, con un evidente acento argentino, me pregunta “Che, yo no entiendo nada de ese deporte, ¿vos lo mirás?”. Le dije que por supuesto. Que en mis tierras yucatecas es el deporte de mayor convocatoria. Que es un deporte de estrategia, de mucha inteligencia…no sólo de fuerza física. “Como el Rugby”, me contestó.
Me aclaró que en Argentina, de 10 años para acá, el Rugby ha tomado un auge impresionante. Incluso me comentó que ahora que se jugaba el mundial de dicho deporte, no se perdía un solo partido, ya que su país estaba luchando por un boleto a cuartos de final contra Nueva Zelanda (por cierto, potencia mundial en esta dura disciplina). Me afirmó que iban creciendo poco a poco y entonces yo le pregunte “oye, y a propósito… ¿la selección de futbol argentina? Un misterio, ¿no?”.
Sentí su frustración, su tristeza, su inconformidad… En fin, platicamos un poco de futbol, de cortes argentinos, de la vida en México, de política y un poco de mujeres. Después cada uno se fue por su camino. Pero yo me quedé pensando… Realmente un misterio la sección argentina de futbol. Con tanta figura, con tanta productividad de goles en su ataque, teniendo incluso al mejor jugador del mundo. ¿Y luego? Fracaso en el mundial, y en la Copa América, en su Copa América. Y se me ocurrió que el juego en conjunto era lo que fallaba en ese equipo. No descubrí el hilo negro, no. Pero con un poco de análisis no hay que ser un genio para saber qué es lo que realmente sucede cuando tienes un caso como la selección albiceleste.
Ciertamente la toma de decisiones por parte de la directiva argentina no ha sido la mejor. Poner a un total novato como técnico en Sudáfrica 2010 no fue muy acertado. Claro, se trataba de Maradona. Una leyenda viviente. Un dios, como lo catalogan allá. Donde tiene voz de profeta y sabio. Sin embargo, lo que realmente pasa en Argentina es la guerra de vestuario. Lo que llaman en el futbol, rotura de vestidor. Y es que eso es. Teniendo tanta “diva”, tanta estrella, se convierte en una guerra de egos, donde nadie está conforme con el rol que le toca jugar en el campo. ¿No me creen? Pregúntenle al Real Madrid galáctico de Florentino Pérez la pasada década.
Y sin temor a equivocarme, los años le van a pasar factura a la selección argentina al no aprovechar a Messi. Van a lamentar no haber exprimido a este astro de 24 años que con el Barcelona lo ha ganado todo, absolutamente todo. Sin embargo con Argentina no le dan el sitio que se merece. Un doble ganador de balón de oro, es para tratarlo como a una verdadera estrella y hacerlo sentir arropado. No criticado, desmoralizarlo, cargarle la culpa de todo y encima compararlo con Maradona. El chico tiene una losa más que pesada en su espalda. Muy fácil, si no lo quieren allá, aquí en México lo recibimos con los brazos muy abiertos. Vaya que necesitamos a un “pibe” de estos.
Cualquier persona medianamente aficionada al futbol mira de reojo a la alineación de la actual selección argentina, y la pone ganadora en una quiniela con los ojos cerrados, y la mano en la cintura. ¿Quién diría que es todo menos un equipo? Su vestidor es una auténtica jaula de las locas. Cuando un entrenador se ve rebasado por su equipo, este tipo de cosas pasan. Todo sale mal, no se gana, no se hace un buen papel en el terreno de juego…en fin. Son estrellas estrelladas, no me cabe la menor duda. Todos quieren brillar con luz propia, hacerse los héroes, colgarse la medalla y nunca mirar a sus lados y percatarse que tienen otros 10 compañeros con el mismo objetivo.
Un total misterio. Y no quiero ofender si algún lector resulta ser pampero, pero sólo digo lo que veo como simple aficionado al futbol. Un equipo que no juega como equipo. Si ofendí a alguien, una disculpa. Tévez, Messi, Milito, Lavezzi, Pastore, Cambiasso, Higuiaín, Agüero, Di María… son sólo nombres. ¿Equipo? Equipo es luchar juntos por un mismo objetivo ayudándose uno al otro. ¿Qué no es como decía D’Artagnan, cuando se dirigía a los otros 3 mosqueteros? Levantaba su espada, las unía con las otras 3 desenvainadas y decía la ya muy popular frase: Todos para uno y uno para todos.