¿Quién no ha escuchado hablar de Cuba? ¿Quién no sabe algo de Cuba? En nuestro país, basta con mirar frente a la costa, ver el horizonte…y ahí. Una pequeña isla. Una isla de tan solo 110 km2, con tan solo 11 millones de habitantes, 5 canales de televisión, 4 periódicos y unas fronteras cerradas. Con un mismo gobierno hace 52 años y que todos hemos escuchado buenas y malas historias de esta “Isla bonita”, como le llamaría Madonna.
Todos han escuchado algo de Cuba…desde las cantinas pidiendo un ron con Cola, hasta las composiciones de Pablo Milanés, el sabor de Celia Cruz, el ritmo de Pérez Prado, la literatura de José Martí, o Gabriel de la Concepción Valdés (mejor conocido como Plácido), las películas de Juan Padrón… ¿No les suena? Vamos a algo más popular entonces… Emilio Estefan, Gloria Estefan, Andy García, Cristina Saralegui, María Conchita Alonso, Daisy Fuentes, Eva Méndez y hasta William Levy… Moros con cristianos, Mojito, la salsa, la cumbia, las mujeres, El Che Guevara, Fidel, los plátanos fritos…y el deporte.
Claro, el deporte. También ahí son exponentes aunque no muchos se lo crean. Históricamente a Cuba le ha ido mejor que a México en los Juegos Olímpicos. Su mejor participación fue en Barcelona 1992 donde obtuvieron 14 medallas de Oro, 6 de plata y 11 de bronce para un total de 31. Nuestra mejor participación fue aquí mismo, en la Ciudad de México en 1968. Donde se obtuvieron en total 9 medallas (3 de oro, 3 de plata y 3 de bronce). Sin comentarios. Mejor no hacemos el análisis de todos los Juegos Olímpicos que sin duda, sería motivo de depresión.
¿Por qué? ¿Por qué ellos sí y nosotros no? ¿Por qué si es un país tan pequeño? ¿Por qué si hay menos habitantes? Si nuestra infraestructura es mejor, si nuestras organizaciones tienen más dinero, si tenemos más patrocinadores… Yo lo llamo compromiso. Lo llamo esfuerzo, trabajo, seriedad y responsabilidad. Acabamos de tener unos Panamericanos fenomenales. Donde se tuvo una magnífica actuación. Donde cierto, quedamos en cuarto lugar, por debajo de Estados Unidos y Brasil. Sin duda países más grandes y mejores desarrollados que México en el deporte. Y ese país que nos relegó al cuarto sitio, fue Cuba.
Me di a la tarea de investigar un poco para ver qué estamos haciendo mal. Si vamos por buen camino o no, qué nos falta, en qué podemos mejorar y cómo podríamos tener un mejor desempeño en las competencias internacionales.
Podemos ver el ejemplo de ellos en unión y trabajo. Donde sus atletas van a competir, no a vacacionar. Y donde su entrega y seriedad muchas veces vale más para alcanzar una medalla. Competencias donde participan, competencias que ganan o hacen un papel extraordinario. Hay motivos. Claro que los hay. Cuba tiene un parteaguas que se llama 1959. La revolución cubana. Sin embargo, desde principios del siglo XIX, Cuba se perfilaba como uno de los países en Latinoamerica más interesados en la implantación de sistemas pedagógicos de avanzada dando especial atención a la Educación Física. Tanto así que el primer gimnasio de Latinoamérica fue fundado en La Habana en en año de 1839 , obviamente esto impulsó el esparcimiento de este tipo de institución por el resto de la isla.
Después de la revolución cubana, se fundó el INDER (Instituto Nacional de Deportes Educación física y Recreación). Algo así como nuestra CONADE. Este importante hecho hizo que el deporte no se comercializara (gran problema con nosotros) y eliminaron la profesionalización. Mientras que nosotros, atleta que sacamos, los convertimos en ícono de cuanta marca se pueda y hasta en actores, cantantes, participantes de reality show… y una que otra hasta política.
Otro aspecto importante en ellos es la medicina. Cuba tiene un laboratorio Anti Doping, quinto en América y que también está a disposición de países tercermundistas. También tiene a disposición de América Latina el Instituto de Medicina Deportiva, mismo que tiene un prestigio muy grande. Esto le da gran importancia al mantenimiento de la salud y rehabilitación de los atletas.
Me pone a reflexionar aquí cuando tenemos un problema de Doping, que además de ventanearse unos a otros, se empiezan a tirar la papa caliente y a jugar al “yo no fui, fue teté”, en vez de afrontar las sanciones con justicia y los hechos con dignidad. Como alguna vez comenté, vamos bien. Vamos cuesta arriba. Pero si hay fórmulas que funcionan y han sido probadas ya, ¿por qué no copiarlas. No vamos a inventar el hilo negro y aquí si copiamos, tengan la seguridad que no nos reprobarían.
