Acoso, maltrato, golpes, insultos, daño psicológico son unas de las características que definen al bullying.
Las causas son múltiples, pero las consecuencias aún más. El mundo se ve invadido por este delicado problema, que afecta principalmente en las escuelas, y sus víctimas son los niños y niñas.
¿Qué pasa? ¿por qué ahora hasta los niños buscan la guerra y no la conciliación, la compasión y la paz? Esto es un síntoma; de que en un futuro seremos más prejuiciosos, buscaremos más guerras y seremos menos intolerantes. Tal vez no les hable de cifras alarmantes del bullying en las escuelas de México, pero hagamos un análisis a fondo.
Imagínese a un niño que toda la vida fue víctima del bullying, en el futuro será un mexicano más dependiente, con miedo y buscando venganza (para eliminar ese sentimiento de represión, por vías inadecuadas). Ahora miremos este caso en particular, para verlo de manera general y las dimensiones a nivel nacional. Si existen mexicanos con una actitud de bullying, entonces existirán mexicanos que sometan a otros mexicanos. Si lo trasladamos a una mirada internacional, existirán países que dominarán en muchos sentidos a los más débiles.
Después de este análisis; se puede llegar a concluir, que el bullying no es uno de los tantos problemas de nuestro siglo XXI (ya que desde años atrás se ha manifestado). Si no que es un problema que repercute en lo individual y en el marco social; de ahí que sea necesario y urgente erradicarlo o disminuirlo en las escuelas. Si sabemos que los niños son el futuro del mundo, entonces no hagamos que convivan muy de cerca con este situación, ya que podrían no ser buenos ciudadanos.
Por ello, no hay que subestimar el problema. Ni tampoco limitar el problema al plano individual; si no también mirar las consecuencias que nos traería en la perspectiva económica, política y social.
Busquemos que nuestros niños, puedan disfrutar de su infancia, sin que el bullying se presente; busquemos mejorar las cosas, porque un pequeño problema en los individuos, puede generarnos muchos problemas como sociedad.
Recuperemos la tranquilidad de nuestros niños, que de por sí la están perdiendo por el clima de inseguridad que vive nuestro país.