El pasado 3 de marzo, el ex candidato a la presidencia de EEUU y senador por el partido republicano, John McCain, declaró en pleno Congreso la necesidad de una intervención militar por parte de su país en contra de las fuerzas de Bashar al-Assad, Presidente del régimen totalitario de Siria. El senador hizo el llamado a las fuerzas aéreas y al presidente para intervenir en el conflicto civil armado que se vive en el país entre el gobierno de facto y las fuerzas opositoras, con la intención de beneficiar a estas últimas.
No es la primera ni será la última vez que Estados Unidos pretende atacar a un país bajo el precepto de buscar instituir y propagar la democracia y la libertad. Sin embargo, es también sabido que esta logística solo se cumple en países con políticas contraproducentes a los intereses norteamericanos. Al-Assad ha sido acusado en varias ocasiones de apoyar militarmente a grupos árabes (particularmente Hezbollah) en el conflicto entre Israel y Líbano. Asimismo, ha criticado en varias ocasiones a Estados Unidos (particularmente la administración de George W. Bush) por su política de entrar en guerras preventivas, acusando que los motivos son ajenos a los sostenidos y que se plagan de intereses comerciales. Fue crítico y opositor de la invasión a Iraq en 2003, pese a las malas relaciones entre los gobiernos de ambos países. Se ha declarado “anti-Israel” y “anti-Occidente”, por lo que considera no está en riesgo de sufrir un golpe de estado.
¿Qué tanto peso tienen las palabras de McCain? Careciendo de poder ejecutivo y siendo recordado como candidato derrotado de las elecciones presidenciales de 2008, se podría pensar que su influencia no pasa más allá del impacto que pueda tener por señorío y antigüedad en el rubro político. Sin embargo, el hecho tan poco común de que un miembro del congreso haga un llamado abierto a emprender un conflicto armado, ha representado un fuerte levantamiento ideológico por parte del pueblo norteamericano. Con la popularidad de Barack Obama en constante decadencia e inestabilidad, la lógica publicitaria estadounidense bien podría acceder a iniciar una guerra; la historia revela que todo Presidente que ha tomado estas medidas durante su primer término, siempre ha sido reelegido. Sin embargo, a nivel internacional, el movimiento se tomaría como un golpe más de los Estados Unidos en alianza con Israel. El evento coincide con la alza de tensiones con el gobierno Iraní, acusado de fabricar armas nucleares. Si la magnitud de los conflictos se eleva, el plano está listo para ser escenario con pinta de guerra mundial.