El pasado domingo entre porras, gritos, llanto y mariachi, México le dijo hasta pronto a S.S Benedicto XVI en su primera visita a México.
Después de una exhaustiva organización, Felipe Calderón afirmó que se siente más que satisfecho y orgulloso del desarrollo de todos y cada uno de los eventos organizados en dicha visita.
Moviendo el corazón de miles de mexicanos, Benedicto XVI confesó que ahora entendía por qué Juan Pablo II estaba enamorado de México y que en su corazón se sentía mexicano.
En su visita, Benedicto XVI hizo un llamado a todos los fieles a no perder la esperanza de un México libre de violencia y narcotráfico.
Al son de “Las Golondrinas” Benedicto XVI abandonó nuestro país con profunda alegría y sombrero de charro.