El equipo económico del actual Gobierno se niega a reconocer lo que hoy es evidente, presentando información poco clara e incoherente en distintas ocasiones y no hace más que agravar en la desconfianza de la sociedad española.
A primera vista, quien más han pagado esta táctica de austeridad del gobierno de Rajoy ha sido directamente el pueblo; aumentado el paro a más de 79,000 personas durante el mes pasado, según registros de las oficinas de empleo. Esto ha creado una situación de malestar e inconformidad reflejada en manifestaciones debido a recortes, bajas presupuestarias en sectores de sanidad, educación y cultura y un deseo reiterado de algunas comunidades autónomas por la concesión de su independencia de España.
Mientras que el Gobierno no presenta cuentas claras, sostiene que en 2013 habrá una leve recesión del 0.5 % del PIB, que el empleo disminuirá en un promedio de 0.2% y que la tasa de paro irá desde el 24.6% este año, al 24.3% el próximo. Esto es incongruente con su declaración de que la actividad caerá el 0.5%, puesto que su teoría del crecimiento de mercado de trabajo solo sería compatible con un crecimiento del 1.3%. Por otra parte, están las declaraciones de organismos, como el FMI, que pronostican la tasa de paro superior al 25% para el próximo año.
Es mucha la falta de piso por parte del gabinete de Mariano Rajoy al no enfrentar una realidad que podría llevar a España un peldaño más abajo de su posición actual en la eurozona, a tal grado de poner al país como un lastre en la economía fracturada de este continente, debido a su inestabilidad financiera y a la recesión.
Por ende, la preocupación de los españoles de que los sacrificios por recortes no hayan sido ni sigan siendo en vano es latente. A diferencia de lo que creía el presidente del Estado, no solo los manifestantes del 25-S tienen motivos para sentirse insatisfechos por los resultados repercutoríos del Gobierno, sino que también comparten esos motivos la misma mayoría silenciosa a la que el propio presidente Rajoy felicitó por no haber salido a la calle a denunciar su inconformidad, según la encuesta realizada por Metroscopia para EL PAÍS.