“Lo que no es para ti aunque te pongas y lo que es para ti aunque te quites”
¿Les suena? Típica frase que se usa para decir que lo que está destinado a pasar, pasará.
¿No les encanta cuando les pasa algo muy bueno y sólo pueden pensar que es cosa del destino?
Pues sí, diariamente pasan muchas cosas que en mi opinión son sólo parte del destino. Como cuando el niño que te gusta está delante de ti en la fila de la cafetería, o cuando vas a una fiesta y conoces dos tipines que te cayeron increíble y se vuelven parte de tu vida.
Soy fiel creyente de que todas esas cositas que te pasan y cambian tu vida no son por casualidad, sino porque así tienen que ser, así como cuando el niño con el que hablabas por horas todos los días de pronto te deja de hablar y obvio sufres por eso, pero después de un tiempo te das cuenta, que has cambiado, y sorprendentemente para bien, ya lo olvidaste sin rencores y encima te das cuenta de que todos los niños que antes no pelabas son buenísima onda y que te hacen reír cañón. A veces, aunque no queramos verlo de esa manera, los cambios son para bien. Y cuando se cierra una puerta, se abren dos o tres. ¡Queda muy claro!
Así que hay que aprender a no cuestionar esas cosas que pasan y que no está a nuestro alcance cambiarlas, más bien hay que aceptarlas.
