Parece ser que cada vez que hablo con alguien de política estamos perdiendo el tiempo. No se cambia nada a partir de una discusión y usualmente los individuos con los que hablo son apasionados del tema o alguien que pretende saber.
Es enfermizo y frustrante escuchar argumentos políticos. No conozco a ninguna persona racional que defienda a capa y espada algún partido. Es ridículo hacerlo, ya no tiene lugar en el siglo XXI. Cuando conozco a algún simpatizante de un partido específico es porque, en algún punto del camino, les tiraron un hueso o algún familiar está involucrado.
Que oscuro me puedo leer, amargado, grosero, como si se tratase de una persona harta. No es ninguna sorpresa: estamos hartos, molestos, a punto de pegar de gritos. La política es un asco y siempre lo ha sido, nunca va a cambiar por sí sola. Les funciona.
Muchísimos jóvenes nos podemos dar cuenta de la farsa, vemos que todo es un teatro armado sediento de ignorancia, poder y dinero. No hablan por nosotros, no les interesamos, no quieren saber nuestra opinión, no quieren Pepes y Toños (que ridículo). Los políticos y la política no fue hecha para mejorar nada.
Has leído una postura más… ¿Perdí mi tiempo?