Llegó el fin, pero no cualquiera sino el muy esperado «Buen Fin» y con éste una avalancha de promociones que bajo ningún motivo podemos dejar pasar… al menos eso es lo que el sinfín de comerciales nos sugieren.
Desde el 2011, cuando la gestión de Felipe Calderón aún se encontraba en marcha, se planteó como una estrategia por parte de empresarios y el Gobierno que, durante el fin de semana largo de noviembre (en que se conmemora la revolución mexicana), los precios bajaran con el fin de impulsar el consumo interno y, que de ese modo, se reactivara la economía.
A dos años de que se implantara “el fin de semana más barato del año”, muchas dudas quedan de la legitimidad de tal iniciativa. Hay quienes argumentan que, en efecto, se pueden conseguir muy buenos descuentos y que hay promociones que vale la pena aprovechar. Sin embargo, muchos otros proclaman que es necesario hacer caer la peor farsa del año.
Definitivamente, yo cuestiono la autenticidad de ésta -en mi opinión- pésima adaptación del famoso Black Friday gringo, así como de muchos de los “¡ofertones!” que nos ofrecen, y en gran parte es por las malas jugadas que las grandes cadenas comerciales nos quieren hacer, inflando sus precios días previos al susodicho fin y luego bajándolos otra vez.
No digo que no hayan marcas que verdaderamente hagan justicia al nombre de esta iniciativa, pero esté muy atento, no sea que más adelante se de cuenta de que su fin no fue tan bueno después de todo.