En algunas partes del mundo parece ser que la belleza ha cobrado tal importancia que no importan los extremos a los que se deba llegar para cumplir con los estándares esperados, específicamente lo esperado en las mujeres.
En países como Venezuela gran parte de los maniquíes cuentan con cuerpos irreales y gigantescos implantes, los cuales, de no ser bajo la intervención de una cirugía estética, serían imposibles de conseguir.
En México, por ejemplo, comerciales y campañas publicitarias nos muestran a mujeres sumamente delgadas con cuerpos perfectos los cuales resultan lejanos para muchas si consideramos que México es el país con más gente obesa.
En el resto del mundo se relatan las mismas historias: cánones difíciles de alcanzar, mujeres que luchan por ser perfectas. Parece que ha llegado un punto en el que muchas mujeres creen que si no lucen como se espera, no se es lo suficientemente bella.
Creo que las mismas mujeres en ocasiones ejercen violencia contra ellas mismas poniendo en riesgo su salud para llegar a la «belleza».
¿Qué pasaría si en lugar de tratar de cambiar cómo lucen las mujeres cambiáramos la forma de pensamiento que las ha llevado a estos extremos?
«La belleza depende de los ojos que la miran»
