Empezar un año nuevo, como si fuera cualquier otra festividad, es una verdadera torpeza. Un año de vida es un regalo demasiado grande para tirarlo por la borda.
El inicio de un nuevo año es el momento para reflexionar sobre lo que se hizo mal, sobre lo que se desea alcanzar y como se obtendrán las cosas que se quieren. Es el momento para reunir las fuerzas y la ilusión para comenzar el mejor año de la vida.
Esto no quiere decir que un año nuevo es un año de comienzos; es también importante reconocer que un año nuevo no es un año donde el llamado “borrón y cuenta nueva” aplica. La realidad es que se inicia el año con las deudas pendientes, con los problemas familiares o la psicología que nos oprime.
Aun así, el año nuevo es una oportunidad para trasformar a la familia, el hogar, el trabajo, las costumbres y hábitos; es una oportunidad para comenzar de nuevo, si es que así se quiere. Es también un momento para festejar todo lo que se ha logrado y las personas que continúan a nuestro lado.