«Veinte años han sido mucho, estoy listo» fueron las palabras que Edgar Tamayo, oriundo de Miacatlán, Morelos, dijera horas antes de darle fin a un proceso que inició el 31 de enero 1994 y lo mantuvo preso en una cárcel de los Estados Unidos.
A pesar de un último intento por parte de su abogado defensor, Edgar Tamayo, el mexicano que fuera hallado culpable del asesinato de un policía en 1994, falleció a las 21:32 horas por inyección letal, según informes del departamento de justicia de Texas.
Mediante un comunicado, la Secretaría de Relaciones Exteriores lamentó que se haya llevado a cabo la pena capital y aseguró que «la ejecución viola la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares y contraviene el fallo de la Corte Internacional de Justicia dictado en el Caso Avena (2004)».
Asimismo, la Cancillería solicitó al gobierno de México tomar las medidas necesarias para evitar que este suceso se repita en otras condenas y se sigan pasando por alto los acuerdos establecidos entre los países.
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