«En cualquier profesión siempre hay obstáculos; pero al fin de cuentas no son obstáculos, es lo normal cuando uno quiere escalar posiciones dentro de la carrera que has decidido escoger», comenta el escritor yucateco Carlos Martín Briceño, autor de cinco libros y ganador de diversos certámenes de escritura.
Carlos Martín Briceño nació en la ciudad de Mérida en 1966. Ganador del XXVI Premio Internacional de Cuentos «Max Aub» (2012); Premio Nacional de Cuento de la Universidad Autónoma de Yucatán (2004); Premio Nacional de Cuento Beatriz Espejo (2003); autor de los libros Después del aguacero (2000), Al final de la vigilia (2003 y 2006), Los mártires de Freeway (2006 y 2008), Caída libre (2010) y Moctezuma’s Revenge (2012). Sus libos pueden conseguirse en las librerías Dante.
Licenciado en administración de profesión y escritor por vocación, Martín Briceño, desde muy pequeño, disfrutaba de la lectura y con el paso del tiempo se dio cuenta que igual quería contar historias y darlas a conocer. Briceño lleva más de 17 años de trayectoria y recientemente estuvo impartiendo un taller de cuento en la biblioteca José Martín y presentó su muy aclamado libro Moctezuma’s Revenge en el maco del Mérida Fest. Para saber más sobre él pueden visitar su blog http://carlosmartinbriceno.wordpress.com/
El Altavoz: ¿Hay algún tipo de lectura que no te guste?
Carlos Martín: Detesto los libros de superación personal, deberían ser quemados y no leídos nunca. Yo los pongo en el mismo nivela todos, y desgraciadamente eso vende mucho y la gente se deja llevar por eso; es un completo engaño.
Tampoco me gusta la televisión mexicana; México es un país dañado por el futbol como mass media. Son demonios que impiden que México se desarrolle correctamente, la gente tiene que abrir los ojos y darse cuenta de que hay mucho más que eso. ¿Qué educación puede tener alguien que su única diversión sea ver el futbol los domingos y tome cerveza o ver la novela de la tarde? No quiero ser catastrófico pero México tiene grandes problemas; hay que apostarle con la lectura.
EA: ¿Cómo defines la subliteratura?
CM: La buena literatura es aquella que te deja pensando, «rebotando» las imágenes y de alguna manera te hace cambiar pero sin decírtelo como una fórmula. Es muy diferente leer El Túnel de Ernesto Sabato (historia de un asesinato), quedas alterado, recordando los motivos del psicópata, entiendes muchas cosas del modo de pensar del ser humano.
Un buen libro es un psicoanálisis gratis y te preguntas si serás como esa persona o si llegarías a ser así. Un mal libro es el que te dice: «querido lector, te voy a enseñar lo que debes hacer para ser bueno. Primera regla: vístete con colores neutros, segunda regla, etc., eso es una tontería, un buen libro debe hacerte entender muchas cosas de la vida. . Es mejor invertir el dinero con tu familia que comprando esos libros.
EA: ¿Qué opinas de los cómics y revistas?
CM: Hay cosas buenas y cosas malas como en todo; me encanta Malfalda, Snoopy, Fontanarrosa, Mortadelo y Filemon (de los españoles), entre otros. El cómic es una manera de acercar a los libros a la literatura, no tengo nada en contra de ello; incluso habían novelitas en la revista «Lágrimas, Risas y Amor», Rarotonga y El pecado de Oyuki, etc., eran cómics interesantes que tenían historia.
Los que no me parecen es un sensacional de traileros porque solo son historias sexuales para despertar el libido de la forma más vulgar posible; el manga por ejemplo es maravilloso, es otra manera de hacer literatura siempre y cuando esté bien hecha.
EA: ¿Cuáles son las ventajas/desventajas de ser escritor?
CM: El escribir te permite abrir tu pensamiento, facilidad de palabra, tienes una posibilidad enorme de encontrar trabajo que la gente no quiere hacer; yo dirijo una fundación y a la gente le aterra hablar en público, hacer un boletín de prensa o hacer una síntesis, eso te da un plus respecto a otras personas que no son capaces de poner sus ideas en un papel o no son capaces de articular palabras ante el público. El escribir te da una seguridad enorme.
EA: A lo largo de tu carrera, ¿quiénes te han apoyado?
CM: Agustín Monsreal, un escritor que hasta la fecha vive, Rafael Ramírez Hereida (quien ya falleció de cáncer) que fue un escritor con la editorial que me publica en México; fue un hombre muy generoso, daba talleres aquí, teníamos muy buena relación.
Al final el mundo de la lectura es un mundo muy competitivo, muchas envidias y es difícil acceder a la república de las letras. Me reúno con mis amigos del centro de escritores (de aquí de la ciudad) para ver que escribimos y esa retroalimentación es muy valiosa.
EA: ¿Has tenido obstáculos?
CM: En cualquier profesión siempre hay obstáculos; pero al fin de cuentas no son obstáculos, es lo normal cuando uno quiere escalar posiciones dentro de la carrera u oficio que has decidido escoger. Es normal que te digan «no» a tus libros, editoriales que te cierran las puertas o premios que no ganas, pero hay que escribir y trabajar; no hay otra manera si quieres que te publiquen, por ejemplo, no ir a una fiesta con tal de leer, etc.
EA: ¿Se te ha ido la inspiración al escribir?
CM: La inspiración nunca llega. Picasso decía que para que te llegue la inspiración te tiene que encontrar trabajando, eso de «ahorita tengo ganas de escribir» no es cierto; puedes tomar notas pero llegas y te sientas a trabajar.
EA: ¿Qué consejo le das a los escritores que están empezando?
CM: Que lean muchísimo y que después de leer empiece a buscar talleres y posteriormente que se siente a escribir. Hay gente que quiere escribir y nunca lee, quieren hacerlo al revés; me dicen «quiero ser escritor» y yo lo primero que les pregunto es «cuáles son los últimos cinco libros que has leído y cuando los leíste» y me contestan que no se acuerdan de los autores; esa clase de personas NO pueden ser escritores.