Si bien este fin de semana lo más destacado fue la aplastante y humillante victoria del América ante las Chivas, me gustaría hacer hincapié en otras secuelas que la última jornada de nuestro futbol dejó.
La secuela a la que me refiero es a la caída del líder, Cruz Azul, en casa antes unos ‘zorros’ que parecen haber solventado ya sus problemas con la tabla porcentual. Es de destacar, que Cruz Azul llevaba toda la temporada sin perder un solo partido en casa y que Atlas ha visto pasar el torneo con un sentir de presión y nervio.
Cruz Azul sólo había empatado dos partidos y perdido uno, dejando satisfecho a su aficionado por su manera de jugar, sin embargo, de pronto cae en casa de manera estrepitosa y ante un rival por el cual nadie hubiera apostado.
De esta forma, la pasada tarde vimos a unos azules, dirigidos por Luis Fernando Tena, fríos, temerarios y abundantes en carencias. Yo más bien diría que vimos al Cruz Azul de las temporadas pasadas.
Y me refiero a ese cuadro celeste sin garra, sin actitud y sin amor a la camiseta. ¡Ojo! Toda la temporada habían demostrado un buen fútbol, incluso en su derrota ante Tigres no se vio una mala actitud ni bajo nivel. Simplemente aquél fue un mal día.
En fin, la gente en La Noria volvió a ver a ese equipo al cual no extrañan. Ese equipo de temporadas anteriores que solía no entregarse a la afición y al escudo que defendían. !Mucho cuidado, Cruz Azul! A cuatro jornadas de la liguilla, la incertidumbre en tus aficionados es mucha.