En el marco de la materia «Innovación y estructura periodística», alumnos del quinto semestre de la Licenciatura en Comunicación de la Anáhuac Mayab reflexiona sobre el uso del celular en el aula. En ese sentido, Manuela Costa llama a no obsesionarse con el mundo online.
Hoy las personas sienten la necesidad de estar conectadas todo el tiempo. Pero, ¿qué es estar conectado? Según el diccionario conectar significa unir, enlazar, establecer relación, poner en comunicación. Entonces, si por ejemplo, una persona está en un salón de clase mientras presta atención a su celular, esa persona no está estableciendo relación ni con su profesor ni con el otro con quien conversa por su teléfono. Vaya, se puede decir que esa persona está desconectada o con una conexión muy superficial.
Nadie puede ignorar que cuando se usa un celular, independiente de la motivación para tal, la concentración para hacer otras cosas disminuye. La tecnología es una gran aliada para la educación, pero sólo si su uso es consciente. En ese sentido, la realidad prueba que la gran mayoría de las personas no la saben usar y la situación ya no tiene límites: uno no puede conversar con otro cara a cara, ojos en ojos, por más de diez minutos sin verificar su celular al menos dos veces. O sea, ya es un vicio y las personas no disfrutan verdaderamente de los momentos con sus similares, ocupadas con su mundo virtual.
Así pues, las relaciones son cada vez más superficiales en todos los ámbitos: académico, profesional, familiar y de amistad. En verdad, es una gran falta de respeto con la persona que está dividiendo su tiempo, sus ideas o lo que sea que uno rompa ese intercambio de energías, que podría generar tantos buenos frutos, para volver a su mundo “online”.
En la vida, hay tiempo para todo, sólo es necesario organízalo. Es posible conciliar el uso de los celulares consciente con un buen aprovechamiento de las clases, por ejemplo. En ese sentido, no es necesario usar un celular mientras un profesor explica puesto que una gran mayoría de los pendientes pueden ser resueltas después del término de una clase. Así, si dejáramos en paz el aparato un tiempo, el aprendizaje de la clase puede elevarse muchísimo.
El objetivo no es pensar en una visión extremista de las cosas. Es sólo que el ser humano es tan bonito en su verdadera esencia y todos, independiente de quien sea, tienen tanto a ofrecer.
Hemos perdido demasiado tiempo en nombre del lema “online”. Lo hemos cambiado por un mundo lleno de experiencias maravillosas.
Necesitamos acabar con esa obsesión desmedida por el mundo en línea.