La Navidad ha pasado ya, y mientras uno se recupera del empacho de la bien conocida “cena del 25” y del consecuente “recalentado”, al menos uno que otro ya debe estar pensando en qué metas se planteará para el año 2015.
Si bien la mayoría de la gente muestra una considerable convicción mientras realizan el brindis en la «cena del 31», a veces estos propósitos son dejados a un lado después de un par de semanas. En forma irónica, y de acuerdo a lo señalado en el año 2012 por la revista “Time”, propósitos tan comunes como el perder peso, estresarse menos o dejar de fumar están entre aquellos que no suelen cumplirse.
Como estudiante irregular, uno podría pensar que para cumplir con nuevas metas necesita tiempo, en especial durante esas jornadas de 12 o 14 horas en las que uno prácticamente vive en la escuela.
Por otro lado, días en los que uno solo tiene una o dos clases pudiesen ser idóneos para empezar nuevos proyectos. De esta forma, es importante comprender que el hecho de iniciar nuevos proyectos no significa que debamos elegir entre éstos y nuestras otras actividades.
Si los días menos tediosos permiten ceder parte de nuestro tiempo a nuevas actividades como lecciones de algún idioma, un taller artístico o entrenamiento deportivo, aquellas horas libres durante los largos días de clase nos podrían brindar tiempo no solo para realizar tareas o reuniones con equipos de trabajo, sino también para leer sobre algún tema interesante en Internet o ver una serie de tutoriales sobre algún tema visto en clase y que no haya quedado claro.
Aunque inicialmente esto pudiese parecer una propuesta trillada o muy obvia para cualquiera en esta situación, querer “descubrir el hilo negro” tampoco es lo mejor.
De acuerdo a un estudio realizado por el psicólogo Richard Wiseman, solo el 12% de las personas que se plantean propósitos de año nuevo los cumplen. Por ello, lo importante no es que tan ambiciosas pueden ser nuestras metas, sino que tan a menudo trabajamos para alcanzarlas en lugar de optar por la siempre presente tentación de procrastinar.
Por ello, para el año 2015, antes de proponerse el conseguir un posgrado antes del verano o hacer los títulos para la nueva película de Cuarón entre clases , el 2015 podría representar una oportunidad insuperable para ser consistentes en nuestros proyectos, así como para adquirir nuevos talentos que nos permitan volvernos profesionales más capaces y organizados y ¿Por qué no?, incluso mejores personas.
Fuente de la imagen: biz-tec.mx