Se acerca el 7 de junio de 2015, un día muy esperado para muchos: día de las elecciones intermedias de México. Se acerca el 7 de junio de 2015, un día muy esperado para muchos: día del partido entre México y Brasil, aunque, la verdad, no encuentro gran problema: las elecciones son prácticamente todo el día y el partido dura sólo un par de horas… (nótese mi ironía).
Ya se sabe: si de por sí para muchos es un gran esfuerzo levantarse un domingo para asistir a votar a su casilla correspondiente, no se diga despegarse del televisor si saben que en las próximas horas se llevará a cabo un partido esperado: las botanas deben estar listas, las cervezas bien heladas y la camisa del TRI no puede faltar.
El derecho y el deber más importante que tiene todo ciudadano es el sufragio. Es un derecho porque, desde el momento en que se firmó la independencia y se creó la Constitución, los mexicanos son libres y tienen la posibilidad de decidir qué va a pasar con su futuro. Es un deber porque como ciudadanos tienen el poder de luchar por el bien del país y elegir a sus dirigentes.
De esta forma, me parecería un poco absurdo que los mismo propulsores de llevar a cabo elecciones justas y limpias no presionen para que la Federación Mexicana de Fútbol (Femexfut) cambie la fecha del partido.
¿Habrá otras intenciones para elegir precisamente esta fecha? No sé si realmente lo hayan hecho sin pensar el gran problema que esto traerá consigo . Pero, ¿quién no puede buscar en Google si no hay algún evento importante en esa fecha?
De hecho, tanto Andrés Manuel López Obrador como Gustavo A. Madero dieron la cara por sus partidos y mostraron su desacuerdo con la fecha seleccionada para transmitir el partido. Este último se reunió con algunos de los senadores del PAN para revisar ciertos puntos importantes, entre los cuales destacaron que hablarían seriamente con el Instituto Nacional de Electoral (INE) para que se mueva la fecha.
Por otro lado, los dirigentes del PRI están renuentes a cambiar la fecha. Aseguran que la ciudadanía acudirá a cumplir el mandato cívico de asistir a las urnas.
Señores, por favor, no dejemos de fuera lo obvio. Que un partido así de esperado sea el mismo fin de semana que las elecciones será una desgracia. Una desgracia para la democracia y para la economía. No me imagino la cantidad de personas que no irán a votar por estar esperando el partido, por apartar el mejor lugar en algún restaurante. No imagino la cantidad de venta clandestina de alcohol que surgirá a raíz de la ley seca que acompaña a todas las elecciones y no imagino qué pudiera pasar si el resultado del partido no favorece al Tri.
Creo que el mundo está separado por una delgada línea que divide el bien del mal, lo correcto de lo incorrecto, lo moral de lo inmoral. No soy quien para decir si es bueno votar o es bueno abstener de votar. Si están en lo correcto de mantener dos eventos así de importantes el mismo día o es mejor mover uno… Lo que sí puedo decir es que muchos hombres lucharon y dieron su vida por lograr que México fuera un país independiente y libre.
No me gustaría imaginar al Padre de la Patria, don Miguel Hidalgo, viendo a su México libre, por el que tanto luchó, caer en las manos equivocadas simple y sencillamente por un capricho, un placer, una afición que en unos meses se acabará, pero que traerá daños que tal vez sean irreparables… Ojalá que el próximo 7 de junio, el pueblo mexicano demuestre que su amor a la Patria es mayor que su afición por el futbol saliendo a votar y asegurando elecciones limpias, justas y democráticas.