Tal y como expresa el columnista Sergio Gómez para Milenio: “Este 7 de Julio, triunfó el hartazgo (…) En Sonora, el PRI sustituirá al PAN, en Querétaro el PAN al PRI. En Michoacán el PRD desplazó al PRI, y en Guerrero sucedió lo contrario”.
El panorama post electoral es tan tangible que parecería poder cortarse con un cuchillo. Incidimos primero sobre el sentir del pueblo, el cual, con su sufragio, castigó a los cuerpos de gobierno en turno. Otro fragmento a analizar es el componente estático en el que parece verse atascado el país, a pesar de la implementación de las reformas estructurales propuestas por el actual gobierno.
El 18 de septiembre de 2013, el Congreso de la Unión aprobó la reforma a los artículos constitucionales 116 y 122, con el fin de incluir las candidaturas independientes, tanto para el Distrito Federal, como para los Estados de la República, acto que no había sido visto desde 1930 y que brindó una opción más para la frustrada ciudadanía.
Los candidatos no respaldados por un partido político tuvieron un difícil ascenso en la preferencia electoral, ya que la campaña debió ser sustentada por medio de apoyos civiles, así como algunos anuncios dentro de los medios de comunicación. Aunado a esto, debieron conseguir el 2% del padrón electoral de su entidad (con copia de credencial de elector), todo esto en un plazo no mayor a 30 días, a diferencia del 0.2% solicitado a los partidos políticos y eximiendo la exigencia del plástico.
No obstante, a pesar de la falta de maquinaria y experiencia por parte de los candidatos independientes, lograron acomodarse en algunas diputaciones locales, cabezas municipales, y gubernaturas de estado. Éste es el caso del conocido ex candidato (ahora gobernador electo del estado de Nuevo León), Jaime Rodríguez Calderón ‘El Bronco’, quien con el apoyo del pueblo y el hastío de éste, pudo arrasar con las elecciones en dicha entidad.
El problema no radica meramente en la falta de credibilidad del pueblo hacia las instituciones federales y partidos políticos, sino en la masiva desconfianza y el ojo crítico con el cual se mira a los actores políticos y se generaliza la ideología de que no hay un ‘botón de emergencia nacional’ y que el status quo se va a mantener, a pesar de los intentos de personas físicas que quieran competir con el sistema.
Los medios de comunicación y la opinión pública afirman que la figura del candidato independiente se va a hacer presente en la próximas elecciones para la presidencia de la nación en 2018. Sin embargo, se debe esperar a que los ahora funcionarios públicos pongan su plan político en marcha para así deshebrar su desempeño y funciones, así como analizarlas bajo microscopio.
“No precipites nada. Todo se presenta claro y seguro. La precipitación es imprevisora y ciega” – Tito Livio.
Información: Milenio, Revisa derecho del estado, Forbes, El Informador.
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