La verdad no sé desde cuando han existido los automóviles llamados “taxis”, pero su creador nunca pensó que sería uno de los servicios más utilizados en todo el mundo. Los taxis son ideales, ya que, estés en donde estés, una llamada o un silbido bastan para gozar de sus servicios y llevarte al lugar que quieres. Así ha sido por muchos años, no obstante, vale la pena preguntarse si no están viendo sus días contados.
En ese sentido, Uber y Cabify son empresas que ofrecen transporte privado a través de una aplicación móvil, a través de la cual conductores, como tú o como yo, se certifican para ofrecer llevar a quien así lo solicite a través de su smartphone.
Cabe destacar que quienes ofrecen su vehículo a través de estas aplicaciones, para ser contratados, deben pasar por exámenes toxicológicos, de conducción y de confianza. Además, los usuarios califican posteriormente el servicio brindado, lo que es una referencia muy importante para futuros usuarios.
Este servicio, que ya puede utilizarse en el Distrito Federal, Guadalajara, Tijuana, Querétaro y Monterrey, se ha convertido en un proyecto muy popular, pero también ha causado un terrible conflicto en el gremio de los taxistas, quienes han intentado, en estos últimos meses, acabar con estas dos opciones y generando no poca polémica.
En lo personal, considero que Uber y Cabify representa la posibilidad de acceder a uno de los servicios más útiles que se pudieron haber creado. Sí, los taxis antiguos fueron muy útiles, pero perdieron mucho respeto por parte de los usuarios.
Por ello, clausurar Uber o Cabify sería un error irreparable para quien goza este privilegio. ¿Por qué? Aquí les ofrezco dos argumentos:
- Con Uber y Cabify, no es necesario llevar efectivo en la cartera, ya que por medio de sus respectivas aplicaciones, puedes hacer el pago vía tarjeta. Asimismo, la tarifa no cambia sin importar el tiempo que hagas con embotellamientos. Además, la tarifa dada al pedir el servicio es la tarifa al final. Con los taxis no, no siempre hay una tarifa exacta, ya que dependes mucho de la persona que esté conduciendo el taxi.
- Seguridad. Ambas empresas te ofrecen información sobre la persona que manejará el coche, así como las placas del automóvil. Al mismo tiempo, la comodidad, en comparación con un taxi, es superior: en estos coches, puedes elegir la música que quieras, al igual que ofrecerte botellas de agua o refrescos. En los taxis, no sabes con quién te subes, no sabes quién es la persona que está ahí, sin olvidar que la calidad de muchos taxis no son buenas por descuido y te tienes que chutar la música que le guste al conductor.
Ciertamente, entiendo la preocupación de los taxistas por sentir la pérdida de trabajo, aunque no hay que pasar por alto que los lugares donde se cuenta con Uber y Cabify son enormes, con muchísimas personas. Además, no todo mundo usa Uber o Cabify como no todos usan taxis.
Además creo que si los taxis están tan molestos con estas dos empresas, creo que también deberían estar más molestos por ellos mismos, quienes, involuntariamente, obligaron a que otras personas buscasen un servicio que ofreciera mejores condiciones, comodidades que ellos jamás imaginaron.