¿Es mejor lo análogo que lo digital? Creo que la respuesta va más allá de lo técnico. Es simple y complejo a la vez, pero lo primero que puede decirse es el hecho de que el fotógrafo de hoy ya no sabe que es tener un límite de fotos, a diferencia de hace algunos años.
En ese sentido, la fotografía digital es algo que quienes nos antecedieron no tuvieron la oportunidad de conocer, pues apenas a finales del siglo pasado y principios de éste fue cuando ocurrió la masificación de la fotografía digital.
Pero, ¿qué es la fotografía análoga? Es el proceso físico-químico que se lleva a cabo cuando un material fotosensible y su revelado son utilizados para tener como resultado la obtención de una fotografía, base de la cual surge las imágenes estáticas que hoy conocemos y disfrutamos.
Cabe señalar que, en esta modalidad, el fotógrafo debe tener un alto conocimiento de su cámara, al igual que de las técnicas fotográficas, para saber anticipadamente cuál será el resultado final, el cual no podrá conocer sino hasta el revelado y la impresión, pasos últimos del proceso análogo.
Lo anterior explica parcialmente por qué ese viejo conocimiento técnico no es tan utilizado hoy día y por qué hasta puede ser ignorado en la actualidad gracias a las nuevas tecnologías.
No obstante, es importante que todos los fotógrafos que buscan hacer de este medio su estilo de vida conozcan el método con el cual nació este arte visual.
Por otra parte, la cámara que produce imágenes digitales convierte la luz en una señal eléctrica que es posteriormente digitalizada, almacenada y visible. Es, por supuesto, la que conocemos hoy en día.
Es posible establecer que la principal diferencia entre la fotografía digital y la análoga es el tiempo. Cuando tomas una cámara tradicional, es más tardado preparar todo y al no tener la opción de mirar lo que se está capturando, es necesario ser cauteloso de lo que se planea fotografiar.
Asimismo, el proceso de revelado lleva mucho tiempo, pues se hace con químicos de manera manual, es decir, tocas las fotos mientras las revelas y esperas que el resultado sea como te lo imaginaste.
Por el contrario, una cámara digital captura cuantas fotos alcancen en tu memoria. Pueden ser miles. Además, puedes ver cada una de tus elecciones y capturar de nuevo si algo no te gustó. Como ya se dijo antes, poder ver el resultado en segundos es lo que marca la gran diferencia.
Más allá de esto, considero que tanto la fotografía digital como la análoga son todo un universo de posibilidades, por lo que hoy en día sería un poco tonto compararlas: ambas tienen sus maravillas.
Como sea, pienso que esencial que el fotógrafo de hoy conozca y experimente la fotografía análoga, que revele con químicos y que sienta lo que nuestros ancestros fotógrafos hicieron, experiencia que le dará una visión más integral sobre lo que implica ser parte de esta maravillosa pasión.
Fuente de la imagen: 3lentes.com
