Debe exhortarse a la unión: madre Silvia Vivas, superiora de las Madres de la Luz

Debe exhortarse a la unión: madre Silvia Vivas, superiora de las Madres de la Luz

La desunión, uno de los principales problemas en poblaciones mayas

La experiencia de don Gustavo puede ayudar a crear espacios de «unidad, respeto y confianza» en nuestras comunidades, muy divididas por la política, sostuvo la madre Silvia María Vivas Rodríguez, superiora general de la Misioneras Hijas de la Madre Santísima de la Luz.

Con motivo de la próxima ceremonia de recepción al V Arzobispo de Yucatán, la madre Vivas Rodríguez, elegida para tomar parte en el evento con un discurso en representación de las comunidades religiosas, accedió a recibir a El Altavoz para una entrevista realizada en la Casa General de la Congregación de origen yucateco.

Así, al preguntársele sobre algunos de los principales problemas que afectan a feligresía católica de la entidad, la Superiora General afirmó que las actividades políticas han dividido a la población en diferentes partes.

“La política divide mucho a las comunidades, nosotras respetamos […] la decisión de cada una de las personas, pero sentimos que divide a la comunidad […] un trabajo muy importante sería unir a las comunidades en este sentido de Iglesia […] respetar la decisión de cada quién, pero no perder la unidad”, expresó.

En ese sentido, la Religiosa explicó que una de las tareas en las cuales don Gustavo, anteriormente obispo de la diócesis de Nuevo Laredo, Tamaulipas, puede ayudar mucho es exhortar al pueblo de Dios en Yucatán a no dejarse dividir por asuntos partidistas o políticos.

“Don Gustavo […] se caracterizó por crear espacios de paz y de justicia en esas comunidades tan difíciles, marcadas por la violencia […] su experiencia puede ayudar mucho a nuestros comunidades (para) crear esos espacios de unidad, de respeto y confianza […], argumentó.

A su vez, la cabeza de la Congregación, creado por el sacerdote yucateco Juan Pablo Góngora Alvarado, expuso que una de las necesidades más importantes del pueblo maya —con quien trabajan principalmente en el estado— es recibir la palabra de Dios en su propio idioma.

“Como una congregación yucateca, tenemos hermanas de lengua maya que están trabajando en esas comunidades […] Peto, Valladolid […] a la gente le gusta la formación en su propio idioma, es más entendible para ellos y creo que ésa es una necesidad”, sostuvo.

Asimismo, la madre Vivas Rodríguez agregó que, además de educar a la juventud para que no pierdan su cultura al salir de su comunidad en busca de mejores oportunidades, otro de los problemas que aquejan a las comunidades mayas del estado es que no siempre saben utilizar los recursos naturales para sobrevivir.

“(Se requiere) una buena administración o cultura ambiental, que ellos puedan utilizar lo poco que tienen, pero saber administrarlo bien”, subrayó.

Por último, tras calificar la llegada de don Gustavo como un acontecimiento muy importante, la religiosa llamó a recordar las enseñanzas del Concilio Vaticano II, que afirma que el Obispo es el representante de Cristo en la diócesis.

“Hay que mirar en Cristo a él. Yo tengo la dicha de conocerlo en persona, porque nuestra comunidad trabaja en su (antigua) diócesis […] él es muy sencillo, una persona muy tratable […] que esa misma sencillez que va a transmitir al pueblo yucateco, nos permita aprender a ver en él a Cristo”, concluyó.

Fundada en 1947, la congregación de las Misioneras Hijas de la Madre Santísima de la Luz tiene presencia en cinco países: Argentina, Angola, Estados Unidos, Belice y México.

A su vez, en nuestro estado, las religiosas han dirigido sus esfuerzos principalmente a las comunidades mayas, de acuerdo a la voluntad del presbítero Góngora, padre fundador.

 

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