Kevin Smith es uno de los directores más interesantes de Hollywood. No estudió más de un semestre de cine antes de dejar la universidad y empezar a dirigir. Lanzó las carreras de Jason Lee (The Incredibles, My Name Is Earl) y Ben Affleck (Good Will Hunting, Gone Girl). Le dio un rol fantasioso a Alan Rickman, dos años antes de que fuese ‘Snape’ en Harry Potter. Ha trabajado con Salma Hayek, Chris Rock y el legendario George Carlin. Escribió el guión de la infame Superman Lives, que hubiese tenido a Tim Burton como director y a Nicholas Cage como el héroe rojiazul, pero nada de eso hubiese pasado si no fuese por su primera película: el clásico de culto ‘Clerks’.
Sin una trama explícitamente clara, y siendo completamente cargada por el diálogo, ‘Clerks’ nos muestra un día en la vida de dos empleados de tienda y las personas cercanas a ellos. ‘Dante’ (Brian O’Hallaran) es un college drop-out sin sentido ni dirección en la vida que sigue obsesionado con su amorío de preparatoria, ignorando los esfuerzos de su novia actual. ‘Randal’ (Jeff Anderon) es su amigo cercano, voz de la razón y ocasional expositor de incoherente debate pseudointelectual. Detrás del mostrador discuten sexualidad, cultura popular y amistad, con esporádicas apariciones de un dúo de incompetentes pero carismáticos vendedores de droga (uno de ellos interpretado por el mismo Smith).
La producción de esta película es tan interesante como el filme mismo: con un presupuesto de $27, 500 dólares, Kevin Smith puso a amigos, familiares y actores locales frente a la cámara durante la noche en la misma tienda en la que él trabajaba durante el día. La película está grabada completamente en blanco y negro, dada la dificultad de conseguir luces de tonos concordantes. Se cuenta que para financiarla Smith llenó ocho tarjetas de crédito, cobró el seguro de su auto y vendió su preciada colección de historietas.
Las actuaciones son sorprendentemente decentes para el desconocido elenco, pero lo que realmente hace que ‘Clerks’ destaque es el ingenioso guión. No es de sorprender que una película que se afronte a tantos retos económicos tome lugar casi exclusivamente en una misma locación, pero Smith le saca por completo el jugo a lo que sus personajes pueden hacer y discutir (mayormente discutir) en la emblemática tienda Quick Stop. ‘Dante’ y ‘Randall’ filosofan sobre Star Wars, la industria de servicio, relaciones amorosas y expectativas sociales entre una serie de eventos marginalmente relacionados, cada uno más trágico que el otro. Todo esto elevado a un giro irónico por el hecho de que debería ser el día libre de ‘Dante’ y que, como no le hace falta recordar en la película, ni siquiera debería de estar ahí.
La comedia logra ser negra y vulgar sin dejar de ser bien calculada y refinada. Es de esperarse que a no muchos les guste ese humor tan crudo, pero quienes lo disfrutan estarán felices de encontrar una película que lo presente de una manera pulida y trabajada.
Me gustaría decir que ‘Clerks’ es una película perfecta, puramente por lo bien trabajado que está el guión, pero he de reconocer que, por más pequeño que sea el presupuesto, ninguna película merece un 10 de 10 sin actuaciones ni fotografía verdaderamente excepcionales.
Sin embargo, si uno es capaz de ignorar sus limitaciones, ‘Clerks’ definitivamente merece ser vista. Es una película en la que es casi tangible el esfuerzo y la pasión que le dieron forma.
A quienes la disfruten se les recomienda ampliamente seguir con el resto de la saga del View Askewniverse, una serie de películas dirigidas y escritas por Smith que toman lugar en el mismo universo, concurren los mismos personajes y exploran los mismos temas: ‘Mallrats’, ‘Chasing Amy’, ‘Dogma’, ‘Jay & Silent Bob Strike Back’ y para finalizar ‘Clerks 2′, en preparación para las próximas ‘Mallrats 2′ y posteriormente ‘Clerks 3′.