El nuevo proceso de nulificación del matrimonio propuesto por el Papa Francisco tiene como finalidad que éste sea gratuito y mucho más rápido, informó el padre Jorge Martínez Ruz, vocero de la Arquidiócesis de Yucatán en entrevista.
En ese sentido, el Presbítero, profesor de la Anáhuac Mayab, comentó las causas y los motivos siguen siendo los mismos, solamente cambia la velocidad con la cual el caso es atendido.
Al respecto, el padre Martínez comentó que las personas que solicitaban la apelación del Sacramento mostraban inconformidad hacia el proceso antes de que fuera modificado.
“El número de solicitudes excede el número de capacidades, ésa era la razón por la que algunas personas se quejaban o decían que el proceso era lento. Es un proceso largo en el que hay que hacer ciertos escrutinios, entrevistas, llamar a testigos para verificar realmente lo que están solicitando”, dijo.
A su vez, Martínez Ruz afirmó que, siendo un proceso eclesiástico sacramental, solamente el Tribunal Eclesiástico puede llevarlo a cabo, el cual está conformado por sacerdotes que han estudiado derecho canónico y es encabezado por el vicario judicial de la Arquidiócesis, también especialista en derecho.
En ese sentido, el padre Jorge sostuvo que el objetivo final de realizar un proceso de anulación es demostrar que el matrimonio no existió.
“Lamentablemente detrás de las causas de nulidad hay heridas y hay dolor. Lo que se quiere es sanar las heridas y quedar libres del vínculo que aparentemente se había contraído”, mencionó.
De igual manera, comentó que el servicio beneficiará a todos, ya que ayudará en la versatilidad, utilidad, conducción pastoral y en la cercanía a las personas.
Asimismo, Martínez Ruz señaló que el hecho de que ahora el proceso sea gratuito no perjudicará a la Arquidiócesis, ya que si la diócesis invierte más en el tribunal, la gente podrá ser atendida más rápido y los casos se resolverán con más eficiencia.
Sin embargo, reconoció que debe apurarse la capacitación de sacerdotes para atender el tribunal debido a que aún no hay un número suficiente de presbíteros preparados en comparación con las demandas solicitadas.
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