Desde el mes de enero, más de medio millón de migrantes sirios, afganos y eritreos han llegado a Europa a través del Mediterráneo con la intención de buscar refugio.
En los últimos días, países de la Unión Europea, entre ellos Alemania, que habían abierto sus fronteras decidieron establecer un control en éstas, dejando a miles de migrantes en espera de alojamiento.
Sin embargo, países como Eslovaquia y Hungría decidieron cerrar sus fronteras. De hecho, este último puso en vigencia una ley que establece pena de cárcel a todo aquel que cruce la frontera sin documentación.
Por otra parte, los ministros del Interior de la Unión Europea se reunieron para establecer un acuerdo de distribución, cuyo objetivo era repartirse 160 mil personas en dos años.
A pesar de que la mayoría de los ministros mostraron su aprobación, el plan no pudo ser acordado debido a que naciones de Europa Oriental estaban inconformes.
Sin embargo, se validó un acuerdo propuesto en julio pasado, el cual dispone en encontrar establecimiento para 40 mil refugiados.
El próximo ocho de octubre, los ministros de la Unión Europea volverán a reunirse para intentar nuevamente llegar a un acuerdo respecto a la distribución de migrantes.
Fuente de la información: El Observador, Telam, El País, Voz de América.
