Empresaria, investigadora, docente de licenciatura y maestría, productora de radio, maestra de comida vegetariana, consejera, máster en creatividad e innovación y pintora. Todas las anteriores son únicamente algunas de las cualidades que pueden definir a Ildebranda López Landeros.
En entrevista concedida para el periódico El Altavoz, la profesora narró quién es ella, cómo fue su infancia, así como los caminos que la llevaron a estudiar la Licenciatura en Comunicación.
«Si yo volviera a nacer estudiaría exactamente lo mismo, pero pondría más atención a ciertas cosas que en su momento no le tomé tanta importancia«, señaló la investigadora López Landeros.
Infancia llena de aventuras
De esta forma, la doctorante Ildebranda reveló que en su infancia jamás le pasó por la mente ser docente, ya que cuando era niña fue muy curiosa. De esta forma, aún sin darse cuenta, la investigación siempre formó parte de su vida y fue el Destino quien las puso en el mismo camino.
La también productora de radio sentenció que una de las mejores etapas de su vida fue su infancia.
«Por motivos laborales de mis papás, nuestra familia vivía separada, yo estaba con mi mamá y mi hermano con mi papá, sin embargo, cuando todos estábamos juntos, era lo mejor del mundo«, indicó.
Cabe señalar que cuando ella era niña, las vacaciones solían ser las cosas que más esperaba durante todo el año.
«Recuerdo que mis hermanos y una amiga íbamos juntos al cine, una vez que ya veíamos las películas nos dedicábamos a recrearlas: tomábamos cortinas y hacíamos los personajes, inclusive realizábamos sus vestimentas, siempre explotábamos la imaginación y la creatividad«, explicó.
Por otro lado, comentó que siempre agradeció la educación que le otorgaron sus papás, por lo que recalcó la importancia que ellos tuvieron en su formación como persona y profesionista.
«Si hay algo que les agradezco es que ellos sean ávidos lectores, siempre buscaba la explicación para todo, mi pensamiento siempre necesitaba preguntas, iba más allá del puro juego, así fui desde muy chiquita«, agregó la también docente de la Universidad Anáhuac Mayab.
La comunicación en su vida
Por su parte, cuando tenía nueve años, reveló que tenía la intención de estudiar odontología, pero rápidamente se empezó a inclinar para ser abogada.
Ya con el paso del tiempo, se desilusionó del derecho, debido a que en esta licenciatura no había espacio para la cultura, característica que la distinguió desde muy pequeña.
La oriunda de Jalisco narró a su vez con mucho entusiasmo sus años de bachiller en los que aseguró haber sido una estudiante «matada» que sacó muy buenas calificaciones.
«Siempre fui una alumna que se caracterizó por tener muy buenas calificaciones, era de los mejores promedio de mi salón, pero tenía debilidades como la geometría y la geografía, tenía que esforzarme el doble«, mencionó.
«Ilde» declaró que con el paso de los años llegó a sentir un gran cariño por las letras. De hecho, cuando era más joven, realizó su primer poema, el cual fue dedicado a una pila, dijo entre risas.
Antes de ingresar a la universidad, López Landeros averiguó sobre en qué consistía la Licenciatura en Ciencias y Técnicas de la Comunicación, por lo que revisó el plan de estudios. Así, con el paso de los semestres, se enamoró de su carrera.
Sin embargo, la productora de radio cambió en su forma de ser «Hace años era más aventada, hacía las cosas al momento, ahora ya dudo un poco más, soy metódica».
Multifacética
Sin olvidar sus orígenes, hace especial referencia en que sus papás la estimularon considerablemente en su formación académica y personal.
Del papá adquirió el conocimiento de tener paciencia y disfrutar de los progresos que conlleva hacer las cosas, ya que la doctorante considera que de niña era muy desesperada y quería que todo se hiciera al momento.
Por su parte, de su mamá aprendió mucho, ya que ella siempre estuvo inmiscuida en muchas actividades, que van desde ser mamá hasta dar clases de danza folclórica. También le enseñó a ser manualidades e impartir clases de cómo hacer comida vegetariana, por lo que aprendió a ser una persona multifacética.
Profesionalmente disfrutó las mieles del éxito una y otra vez, aunque ella misma mencionó que una de las más satisfactorias es «ver a mis a mis alumnos años después de que les di clases y que me digan ya entendí para qué servía tu materia de creatividad, es saber que uno hace bien su tarea, cuando notas en el estudiante un cambio positivo y que un cachito de ese cambio te corresponde, eso es algo gratificante«.
Orgullosa de haber estado becada en la preparatoria, licenciatura, maestría y ahora en el doctorado, aconseja a los estudiantes que nunca se rindan, que se adjudiquen las metas que se proponen. Un embarazo no deseado, un relación fallida o una limitación jamás deberán de ser un impedimento para que se consigan los sueños.
Por último, por sus experiencias personales mencionó que siempre hay que tratar de ser el mejor en lo que te propones: el mejor barrendero, la mejor bailarina, el mejor profesionista, y que el dinero no es lo más importante en la vida.
«El éxito no se mide con el dinero; es un componente, el éxito es la satisfacción con lo que tú realizas y el beneficio que genera tu trabajo con los demás» confió la Catedrática.
Una vez terminada esta entrevista para El Altavoz, López Landeros enseguida fue llamada por uno de sus alumnos de maestría, quien necesitaba una explicación.
Tras concluir la clase, fue momento de tomar un avión para seguir impartiendo cátedra en un territorio o nación diferente, fiel costumbre en su vida.