«No están para proteger, es de ellos de quienes uno se debe proteger», escuché en la sobremesa durante una reunión con amigos. Entonces fue que me cuestioné: ¿qué piensa la población acerca de los agentes de policía? ¿Y por qué pensarán eso? Procedí a hacer algunas preguntas a varias personas y confluyeron las respuestas en lo siguiente:
«Cuando un policía de tránsito me pide que me detenga siento miedo, incluso si no hice algo indebido». Indagué un poco más respecto a esta reacción automática y todos llegaron a la conclusión de que la mayoría de las veces en que uno es detenido es porque el agente está en busca de «la mordida» o de algún tipo de soborno.
Por otra parte, al preguntar si alguna vez han dado una «mordida» la mayoría de los participantes respondieron que sí. Existe corrupción dentro de la autoridad, en cualquier instancia, pero sucede que la ciudadanía es la responsable de no condonar ni propiciar la corrupción.
También muchos coincidieron en el hecho de que los agentes no se encuentran preparados para ejercer su labor. De hecho, en el aparato de Seguridad Pública de Yucatán existen poco más de 3 mil elementos, los cuales son graduados de Instituto de Formación Policial ‘Luis F. Sotelo Gil’. Algunos de los requisitos para ingresar a dicha institución son la nacionalidad mexicana, buena conducta, no haber sido condenado por un delito doloso y haber concluido el bachillerato.
De igual manera, algunos de mis entrevistados declararon que los agentes «no tienen una actitud de servicio».
Contrariado por la respuestas que recibí a mis preguntas, decidí conocer el otro lado de la moneda, la otra parte de la historia. Me dirigí hacia una camioneta pick-up de la policía estatal estacionada a un lado de la Avenida Tecnológico y le pregunté a los agentes qué opinaban respecto a la imagen que se tenía de ellos.
Ellos respondieron: «Es muy triste que por el mal trabajo que hacen algunos compañeros se condene a todos nosotros. Somos personas que quieren hacer un trabajo para cumplir con la familia. Sólo pedimos respeto para nosotros. La gente se molesta porque uno los para pero es para la seguridad de ellos y de los demás. Sólo queremos cumplir con nuestro trabajo», expresó el agente.
Comentó también que en ocasiones reciben comentarios peyorativos y despectivos hacia ellos. Algunos policías responden agresivamente, pero recomendaron que lo que se debe hacer es omitirlos y seguir realizando la labor.
Nosotros, la población civil, somos los que gozamos de los beneficios que nos brinda el cuerpo policial. Es también nuestra responsabilidad denunciar y no condonar cualquier abuso, ya sea hacia nuestra persona o hacia otro. Si uno quiere poder confiar en el sistema policial uno debe negarse a cualquier soborno o extorsión. Pero sobretodo, uno debe ser consciente que son personas realizando un trabajo.
Extiendo un agradecimiento especial a los agentes a los que brevemente entrevisté y que pidieron permanecer anónimos.