Cada vez se hace más popular la costumbre de adquirir árboles navideños artificiales. Puede ser el diseño, durabilidad o simplemente facilidad, ya que no es necesario ir a comprar uno nuevo año tras año.
En lo personal, hace más de cinco años que en mi casa se decora un árbol artificial de tres metros de altura, y conforme han pasado las navidades, he apreciado cada vez más el hecho de tenerlo.
En mi opinión, la primera ventaja de este tipo de decoración es el ahorro que representa. Pensemos: ¿Cuánto cuesta un árbol navideño? ¿500, 600 pesos? Sí, y al menos los más baratos.
Por ello, el comprar un árbol artificial te garantiza que no tendrás que gastar año tras año esa cantidad.
Claro, debes tener en cuenta que tu árbol artificial representa una inversión. Por experiencia propia puedo decir que el precio refleja la calidad. Así que, aunque parezca algo más caro, a la larga será beneficioso y puede llegar a durar más de 10 años.
Otra ventaja es que este tipo de adorno no hace basura, ya que, al no ser un árbol real, no mueren ni caen las hojas aunque vayan pasando las semanas. Créeme no extrañarás la alfombra de hojas secas que se forma cada día y definitivamente no echarás de menos limpiarla.
Además, el árbol artificial podría representar una gran ayuda para el medio ambiente, ya que, si más gente los utilizara, no sería necesario talar la enorme cantidad de pinos que se requieren cada Navidad para satisfacer a la población de este planeta.
Ciertamente, el cambio podría tener algunas desventajas como acostumbrarse a armar y desarmar cada año o la falta del característico aroma de un pino natural, pero aún así te invito a reflexionar qué tipo de árbol conviene más para su estilo de vida. Al menos, no descartes la opción artificial sin conocer sus bondades a fondo.