Eva Duarte vivió en Los Toldos –su pueblo de nacimiento- hasta los 16 años, cuando se mudó a Buenos Aires para desarrollar la carrera de actriz que anhelaba y trabajar en la radio. En 1935 comenzó a tener fama y su nombre ya era conocido.
Mientras tanto, Juan Domingo Perón ejercía como coronel y en su vida diplomática avanzaba hacia la presidencia de Argentina. Fue secretario del Departamento Nacional del Trabajo y luego secretario de Trabajo y Previsión del país. También fue Ministro de Guerra y vicepresidente.
En enero del ‘44 un terremoto sacudió parte de Argentina y dejó a más de 7 mil muertos. El coronel Perón socorrió a las víctimas del sismo consiguiendo millones de pesos para la reconstrucción de la ciudad de San Juan.
El 22 de enero de 1944, no más de una semana después del sismo, con el fin de recaudar fondos para los damnificados, se organizó un festival en el estadio Luna Park. Ese día Evita y Perón tuvieron su primer encuentro.
Años más tarde, en su libro La Razón de mi Vida escribió “Aquel fue mi día más maravilloso”. Ella, de 24 años, se enamoró del hombre que le doblaba la edad. Él vivía con una mujer la cual dejó en poco tiempo y su relación con Evita se fortaleció. En octubre del siguiente año ya estaban casados.
Compartieron sus vidas y la política. Juntos amaron a su país y se convirtieron en grandes personajes de la historia en Argentina. Ella recibió el amor que se ganó por proteger a los humildes, velar por los derechos de los trabajadores, sus tantas obras sociales y por luchar por el lugar de la mujer en la sociedad.
Eva murió de cáncer en 1952. Argentina la lloró y Perón, en su exilio, escribió: “Eva entró en mi vida como el destino. Fue un trágico terremoto que sacudió la provincia de San Juan, en la cordillera, y destruyó casi enteramente la ciudad, el que me hizo encontrar mi mujer”.
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