Por: Georgina Güemes/Oscar Ulín
A semanas de anunciarse que la Secretaría de Desarrollo y Medio Ambiente (Seduma) del Gobierno del Estado de Yucatán no recibiría presupuesto para atender el problema de la pérdida de playas en zonas como Chelem y Chuburná, el empresario y miembro líder del movimiento de recuperación de playas, Balbino Alfonso López Vázquez, habló en entrevista para el Altavoz sobre esta urgente problemática.
En primera instancia, el empresario expresó que “la costa de Yucatán ha sido severamente afectada por mareas, huracanes, nortes, y fenómenos que tienen que ver con el cambio climático.”
No obstante, comentó López Vázquez, el problema se ha recrudecido por los puertos de abrigo, es decir, los muelles hechos para pescadores con piedras que bloquean el transporte de la arena y ocasionan erosión del lado de las playas.
Existen alrededor de once de estos espigones o puertos de abrigo en Yucatán, los cuales, a través de los años ya han causado erosión permanente en las playas, sostuvo.
Por lo anterior, el entrevistado aseguró que, buscando combatir el daño de los espigones, los habitantes de las zonas costeras comenzaron a construir los llamados espolones, parecidos a los espigones, pero más pequeños y hechos de piedras y palos, con la finalidad de retener la arena que se perdía, para que permaneciera en la playa.
Sin embargo, esta práctica fue prohibida por el Gobierno debido a que, supuestamente, estas construcciones en realidad estaban empeorando las condiciones de la playa.
La gente se ha protegido con los espolones, sin embargo, algunas autoridades gubernamentales y […] científicos han encontrado que los espolones no son buenos porque bloquean más el paso de la arena, afirmó.
Pese a esto, el empresario explicó que algunos vecinos continuar con la realización de espolones “a la buena de Dios”, lo que llevó a que otros se quejaran y que la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa) los retirara, dejando las playas erosionadas sin protección y permitiendo que el mar comenzara a meterse a las casas.
De esta forma, Balbino López es uno de los líderes que llevó este asunto a las autoridades, las cuales han hecho intentos poco afortunados para ayudar.
El año pasado el gobierno anunció un programa para la recuperación de playas del lado de Chicxulub. Se iban a invertir 100 millones de pesos. (El plan) incluía realizar rellenos de arena y ofrecieron poner un geotubo […] para mitigar un poco la pérdida de arena, pero no lo pusieron y se interrumpió el programa de recuperación de playas […] (por lo que) los vecinos se comenzaron a quejar, narró López.
Aunado a eso -continuó- se quitaron algunos espolones que servían de protección en algunas partes y se agravó la situación. El mar se va metiendo a las casas y los vecinos se están siendo gravemente afectados.
Los vecinos buscan que pongan esos espolones y ya hablaron con el Secretario de la Semarnat, quien dijo que lo que tienen que hacer es presentar un proyecto […] para que la Secretaría valore si es viable lo que los vecinos quieren hacer, aseguró.
Teniendo ya seis años en constante contacto con organismos gubernamentales acerca de la problemática de la pérdida de playas, Balbino López aseguró que, para arreglar este problema, se necesita de un organismo gubernamental específico para la protección costera.
El problema con la costa yucateca consiste en que no hay ninguna dependencia del gobierno que se encargue exclusivamente de esa problemática. Todas las dependencias están hechas para diferentes cosas: la Seduma está hecha para otro tipo de actividades, la Semarnat también, lo mismo con la PROFEPA. No hay ninguna dependencia encargada de la protección de la costa, ninguna ley que ponga un marco de acciones para proteger la costa. A la hora de los problemas, no hay quien los resuelva, expresó.
Que no se tenga un órgano específico -expresó López- hace que, cuando los dueños de los predios buscan ayuda, se les conteste con que ‘no hay presupuesto’.
En ese sentido, la asociación de recuperación de playas de la que es líder ha pedido la creación de esta dependencia del gobierno que cuente con un presupuesto anual, un marco jurídico propio y proyectos específicos para proteger la costa.
Hay una propuesta ya en la Cámara de Diputados sobre una Ley de Protección Costera a nivel ya nacional. No sabemos qué avance tiene, pero eso es lo que se necesita, sino no se va a poder avanzar. Los propietarios de los predios están desesperados, pero no se puede hacer mucho. Nada camina, nada funciona porque no hay quien se haga responsable, comentó López.
Aunado al problema del mar destruyendo las casas, otro asunto que ha molestado a muchos vecinos es que se les ha comenzado a cobrar por la Zona Federal Marítimo Terrestre (ZOFEMAT), que obliga a quienes tengan una construcción a menos de 20 metros del romper de las olas a pagar un impuesto anual. Muchas de estas casas no solían estar a menos de estos 20 metros, sino que ha sido este avance del mar lo que los ha llevado a tal posición.
En teoría, ese impuesto debería ser para la protección y mantenimiento de la costa. La triste realidad es que de todo el dinero que recauda la ZOFEMAT, el 60% está designado para que el Ayuntamiento lo use como quiera, (mientras que el otro) el 40% está asignado a un Comité para designar en qué se ejercen esos recursos. Jamás se ha puesto un peso en la recuperación de playas, y esto es por un lado por lo que la gente no paga, además de porque la gente antes tenía 100 metros de playa y el mar ya está pegado a sus casas, ya las tiró. <<¿Por qué voy a pagar si ni siquiera estaba el mar aquí cuando yo construí? Y aunque pague, el gobierno no hace nada>>, aseguró el empresario.
De esta forma, en opinión de López Vázquez, este problema, que ya es muy grave, solo empeorará si no se comienza a buscar soluciones pronto.
Solo en el período del 2009 al 2013, en las zonas de Chelem y Chuburná se habían caído alrededor de unas 100 casas con pérdidas de más de 10 millones de pesos en daños. Va a haber mucho más, advirtió.
El empresario y líder de la asociación expresó que las playas son las zonas donde los yucatecos se pueden esparcir y convivir con la naturaleza junto con las familias, además de que son una fuente de derrama económica que no puede darse si las playas desaparecen.
Nuestras playas son preciosas, solo que están desatendidas. Si queremos que Yucatán pueda crecer y sea un ente turístico con más fuerza, sería muy bueno invertir en nuestras playas. El mismo cráter del meteorito podría ser una herramienta para atraer el turismo a nivel mundial, pero como no se tiene la organización ni la inversión no hay nada que ofrecerle a la gente que pudiera venir, comentó Balbino.
Desafortunadamente, las propuestas de López y su equipo para ayudar estas problemáticas, entre las cuales se encuentra la creación de un acuario natural, no han sido debidamente atendidas por las autoridades gubernamentales.
Lamentablemente tenemos un gobierno con muy poca gente capaz, con visión y con la verdadera vocación del servicio público. Por eso muchas cosas no pueden avanzar. Pero hay un potencial tremendo y es importante hacer algo. El poder que tiene la sociedad civil no se usa. Se necesita entender, como sociedad, adultos y jóvenes, que no es un problema del gobierno, no es un problema de la naturaleza, es un problema nuestro. Y las playas solo son un ejemplo, en general ése es el problema en México: que nadie hace nada, aun cuando el mar está metiéndose a sus casas, aseguró el empresario.
Finalmente, López expresó que “es oportunidad de los jóvenes romper con esta cultura de desinterés que hay en México, de decir ‘nosotros hacemos que las cosas pasen’. Solo hay que hacerlo, lo que hace la fuerza es la gente”.
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