Es evidente que en los últimos años se ha reducido la cantidad de material impreso que circula en el mundo. Muchos periódicos, libros y revistas han emigrado a la web, haciéndose así más accesibles para la mayoría de las personas.
La realidad es que la existencia del internet ha facilitado, en muchos sentidos, la circulación de información y la obtención de la misma. Antes, para encontrar algún dato, tenías que pasar horas o hasta días revisando numerosos libros hasta hallar lo que estabas buscando, mientras que, actualmente, con un solo clic y en pocos minutos, podemos adquirir la información deseada.
Es entonces cuando nos preguntamos: ¿Desaparecerán por completo los medios impresos?
En su artículo ‘Un paréntesis’, publicado en la versión digital de la revista ‘La Tempestad’, Nicolás Cabral comparte su opinión ante este hecho.
Desde su punto de vista, los medios impresos son esenciales en la vida de las personas, por lo que se ve negado a la idea de que éstos puedan desaparecer.
Su afirmación se basa, principalmente, en que los impresos «posibilitan la construcción de secuencias», es decir , que la información que presentan tiene un seguimiento lineal que ayuda a la comprensión, mientras que los medios electrónicos provocan una discontinuidad, ya que la información que contienen es transformada constantemente, interfiriendo así con el seguimiento que se le da, sin omitir que reducen la concentración y la elaboración de juicios.
De igual manera, los medios electrónicos tienen desventajas: el internet no está presente en todas partes. A su vez, existen interferencias de señal y funcionamiento, además de que no todas las personas tienen acceso a ellos.
Por esto, la esencia de lo impreso se vuelve más importante. Poder recurrir al material físico para obtener información sin necesitar de una señal, sin tener que usar un aparato electrónico, sin necesitar un cargador.
Ésas son algunas de las razones que permitirán subsistir a los medios impresos.
Fuente de la imagen: Cátedra Cosgaya