Antes de empezar a leer el artículo, pude detectar que la barra de búsqueda de mi laptop tenía seis ventanas abiertas, de las cuales, tres eran redes sociales y otras tres eran libros electrónicos o páginas escolares. Nicolás Cabral menciona que los medios electrónicos no posibilitan la construcción de secuencias, y en mi caso, él cumplió con su afirmación.
Es verdad: estos canales no sólo impiden la construcción de secuencias, sino también, el entendimiento de lo que se lee. Perdemos por completo el rumbo de un solo pensamiento y olvidamos la premisa de los contenidos. En la red, nuestra mente continuamente se dirige hacia varias idea, lo cual impide la elaboración de juicios críticos y la capacidad de ver más afondo. Llegamos al punto en el que estamos en todo, pero, a la vez, no sabemos de nada.
Los medios electrónicos nos bombardean de imágenes, iconos y palabras, provocando un vacío enorme de información. Menciono “vacío de información” porque, en lo particular, cuando las páginas electrónicas me saturan de íconos e imágenes, o cuando en internet tengo tantas opciones de búsqueda, me hacen sentir vacía. Me dan pequeñas probadas de algo que podría ser más complejo, pero limitan la información, haciéndome creer que con eso “basta”.
Por lo general, la información que ahora vemos en sitios electrónicos fue extraída de grandes tonos, enciclopedias y artículos de investigación. Sin embargo, algunos millenials se conforman con la portada y evitan ver lo de adentro. Ya ni siquiera necesitan leer un periódico pues se conforman con leer el título de la noticia en alguna red social. Incluso hasta se ha perdido el interés por conocer qué fue primero, si el huevo o la gallina.
Así, una de las razones por la que creo que los medios impresos no van a desaparecer es por que la sociedad despertará su sentido de interés y querer más. Dejará la anestesia de los medios electrónicos y regresara a la forma antigua de aprender.
De esta forma, si bien los medios impresos van a disminuir y su acceso será un lujo, eso no significará que las personas dejen de consumirlos. Gracias a la moda –hipster, hippies o algún otro movimiento que vaya en contra de la cultura hegemónica- prácticas que se habían perdido están regresando. Sea una tendencia pasajera, esos movimientos o grupos sociales tienen influencia en la sociedad y ciertamente ayudan a que viejos modelos regresen renovados y adaptados a la década.
