Y todo por un par de comillas…

Y todo por un par de comillas…

A partir de la investigación de Carmen Aristegui, se acusó al actual presidente, Enrique Peña Nieto, por el plagio de al menos 197 párrafos de un total de los 682 que conforman su tesis de grado, incluso llegando a atribuirse párrafos enteros de autores como el historiador Enrique Krauze.

El incorrecto uso del entrecomillado, la falta de referencias a las obras originales en la bibliografía, entre otras faltas parecen escudarse, no obstante, tras la fácil excusa de errores de estilo.

Como era de esperarse, la noticia pronto se convirtió en un escándalo, quizás el más sonado en lo que concierne al plagio en el país, mas no el primero. ¿O es que ya se han olvidado de los dos académicos que fueron dados de baja del Sistema Nacional de Investigadores (SIN) debido a la confirmación de plagio en una tesis doctoral y en publicaciones especializadas?

Al parecer, México y América Latina en general están teniendo un alarmante crecimiento en lo que a fraudes intelectuales respecta.

Ni siquiera Estados Unidos está a salvo de este tipo de crímenes: quién podría olvidar el  discurso de Melanie Trump, acusada de plagiar las palabras que pronunció la actual primera dama, Michelle Obama, ocho años antes en un evento similar.

Por todo lo anterior, me llamó la atención la –casi- instantánea polarización de opiniones acerca de lo cometido en este caso, hecho que puede comprobarse a partir de los infames, creativos, pero sobretodo eficientes ‘memes’.

Algunos de ellos se mofaban de la noticia, cuestionando la supuesta afectación por un suceso cometido hace más de dos décadas o incluso ironizando sobre si, después de la información de Aristegui, se publicaría que “la mamá del presidente le forraba los libros en la primaria”.

Lo alarmante del asunto no es el desprestigio que sufrió nuestro Presidente (su gestión fue puesta en tela de juicio mucho antes), sino esa poca importancia que le dimos al crimen por violar la propiedad intelectual, llegando hasta el punto de la burla. Al fin y al cabo, ¿quién no ha hecho el famoso copy-paste alguna vez en su vida?

¿Estamos tan acostumbrados al engaño y a la apatía que ya nos da igual?

Imagen obtenida de: comerciante89.files.wordpress.com

Debido a las facilidades de las nuevas tecnologías, los problemas con el plagio en los trabajos académicos sólo van en aumento. La preocupación de las instituciones se incrementa día con día, hecho que explica la creación de departamentos dedicados exclusivamente a la ética profesional, algo que se agradece, pues lo que está en juego va más allá del renombre que pueda tener dicha institución: se trata de la formación integral y ética de los futuros profesionistas.

El problema no es el Internet, porque así como es más fácil perpetrar el plagio, es más fácil detectarlo. El problema es la insuficiente sanción, Menciona el doctor en Sociología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) e investigador titular en el Instituto de Investigaciones Sociales de esa Institución, Raúl Trejo.

Pero más que la falta de sanción, yo diría que también se debe a una costumbre peligrosamente arraigada en nosotros, la cual tiene su origen en los primeros años escolares, cuando nos marcaban hacer investigaciones, hacíamos copy and paste de páginas como Wikipedia o el Rincón del vago y entregábamos una tarea que nadie se encargaba de verificar.

¡Total! Si es lo mismo que investigar.

Esto sólo nos lleva a afirmar que estamos frente a un país que no valora la investigación científica y mucho menos el proceso, los parámetros y el esfuerzo que conlleva publicar un artículo en una revista arbitrada.

Al respecto, dice mi colega Gerardo Novelo: 

Si para tantas personas APA es un estorbo y no una manera estandarizada de presentar el conocimiento, si corregir redacción en contextos formales hace que te tachen de pedante, si para tantos la tesis no significa más que un examen final, si tanta gente se está burlando de que es como si Aristegui revelara que ‘Quique’ copiaba en la primaria, pues obvio vamos a tener un Presidente que desvalora el conocimiento de la misma manera. El gobierno refleja al pueblo que lo elige. De ignorante a ignorante.

Por lo anterior, la próxima vez que te dejen algún trabajo de investigación y te pongan como requisito usar el estilo APA, Vancouver, Chicago, Harvard, Turabian o cualquiera que sea el formato predilecto según tu especialidad, por más fastidioso y laborioso que sea, recuerda que estás contribuyendo a la protección y reconocimiento del trabajo del autor.

Después de todo, presidente o estudiante, a nadie le gustaría que alguien más se adjudicara sus propias ideas.

Imagen obtenida de: fbombmedia.com

 

Referencias:

http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-37159060

http://www.cronica.com.mx/notas/2015/912979.html

http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/mucho-plagio-o-poco-plagio-quien-gana.html

http://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-36832259

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