Las películas basadas videojuegos son universalmente malas, sin excepciones. Si existe una, la desconozco. ‘Warcraft’ debutó este verano y rápidamente se volvió el videojuego-convertido-en-película con mayores ingresos de la historia, y aun así, fracasó en crítica y taquilla. Las películas periféricas a los videojuegos son, también, casi universalmente malas (‘Wreck-It Ralph’, del 2010, se para solitaria en un mar de basura como ‘Pixels’, o ‘Gamer’).
No es difícil ver la razón de tales fracasos: la estructura narrativa de un videojuego es muy, muy diferente a la de una película. Están diseñados para durar alrededor de seis horas y procuran permitir interacción del usuario con el mundo y la narrativa.
Hacer de un juego una película significa disolver y reestructurar la trama a sus elementos esenciales, darle personalidad a un protagonista que usualmente existe solo como un avatar para el jugador y trabajar elementos dramáticos extrapolados de cutscenes que rara vez dicen algo más que «estos son los malos, dispárales».
Las pocas películas relacionadas al tema que han sido exitosas lo son por usar el medio sólo como marco para contar su propia historia (‘Wreck-It Ralph’) o por limitarse a usar guiños propios del medio para complementar el estilo de la obra (‘Scott Pilgrim Vs. The World’).
Pero, ¿qué pasa si damos un giro de 180 grados? ¿Si intentamos recuperar no la historia, sino el lenguaje audiovisual de un videojuego (en primera persona, rápido y agresivo) y la simple estructura narrativa («estos son los malos, dispárales»)?
‘Hardcore Henry’ debutó el año pasado en el Toronto International Film Festival y estuvo, hace unos meses y por un corto tiempo, en las salas mexicanas. Es una película contada completamente desde el literal punto de vista de su mudo protagonista, como si fuese un First Person Shooter. La premisa, honestamente, empieza y termina ahí.
El director, Ilya Naishuller, mostró este estilo en primera persona en el video musical de una canción de la banda rusa Biting Elbows, cuyo nombre no puede ser publicado en este medio (rima con «Sad Fathertrucker» y pueden verlo haciendo click en este link). Pero una cosa son tres minutos que sirven para complementar música, y otra cosa son hora y media de una película. Parecería imposible poder contar una historia merecedora de ser largometraje de esta manera, pero ‘Hardcore Henry’ lo logra.
Realmente no hay mucho que decir de la película: no es una magna obra cinemática. Los personajes son superficiales, el guion es ridículo, carece de una narrativa profunda. Pero representa el enfoque multimedia del entretenimiento actual y el carácter reapropiativo, experimental del séptimo arte. Vale la pena, por lo menos, darle un intento si te gustan la acción, los videojuegos o la experimentación audiovisual.
¡Ah!, y respecto a eso de que las películas de videojuegos siempre son malas, ya veremos si ‘Assassin’s Creed’ rompe la maldición este diciembre. Dedos cruzados.