En tiempos de best-sellers, el mundo de las letras está urgido por un Premio Nobel en Literatura. Sin embargo, este año no lo tendremos, ya que la Academia Sueca ha decidido otorgarle el máximo galardón a un músico. Un brillante músico, eso sí, pero músico al fin.
Dylan ganó el Nobel por sus «nuevas expresiones poéticas dentro de la gran tradición de la canción estadounidense». Ha escrito dos libros –una autobiografía y otro de poesía en prosa que fue un fracaso– y sus letras son brillantes y poéticas, pero inseparables de la música.
Dylan se merece todo los premios y reconocimientos que le quieran otorgar… en música. Pero existen cientos de escritores que, además de desear este premio, lo necesitan porque cada vez menos gente lee, y eventos como éste, hacen que las personas corran a las librerías para tratar de descifrar qué es eso que el autor hace tan bien, eso que le valió un Premio Nobel.
Tal vez las razones de la Academia son diferentes a las que divulgaron. Tal vez, al darle el premio a un músico, están tratando de ampliar sus horizontes y que más gente se interese por la literatura, las generaciones más jóvenes, por ejemplo.
Si es este el caso, existen otras formas de lograrlo. Hay autores dirigidos solamente a estas generaciones. También hay otros que solamente publican sus libros de manera digital, los cuales podrían tener mayor relevancia con los jóvenes.
Con todas las personas con las que he hablado del tema están de acuerdo conmigo: no entienden porque no se lo dieron a tal autor o simplemente no comprenden cómo se le pudo haber dado a un músico. Eso ya no importa y tendrá que pasar otro año para que la gente se vuelva a emocionar con el nacimiento de un nuevo prodigio de las letras.
Posdata: Es tan cierto que Bob Dylan no necesita un Nobel en Literatura, que la Academia Sueca jamás pudo contactarlo para manifestarle directamente la noticia.