Theresa May, primera ministra de Reino Unido, fue interrogada por parte del Tribunal Superior Parlamentario el pasado 3 de noviembre al plantear su petición de iniciar un periodo de salida durante dos años de la Unión Europea –Brexit-, con el fin de hacer otras negociaciones.
La solicitud gubernamental forma parte del artículo 50 del Tratado de Lisboa, y deberá ser autorizada por el Parlamento Británico.
Durante el dictamen, los magistrados afirmaron estar de acuerdo con un grupo ciudadano que cuestionaba al poder Ejecutivo para iniciar el Brexit sin la previa autorización del Tribunal.
El juez parlamentario, John Thomas expresó:
El tribunal no valora ni expresa ninguna opinión sobre los méritos de abandonar la Unión Europea: esa es una cuestión política.
Desafortunadamente el país Europeo no cuenta con una Constitución escrita, por lo que ha llevado a desacuerdos entre autoridades y la ciudadanía.
El ministro de Comercio Internacional, Liam Fox, aclaró durante la asamblea llevada a cabo en la Cámara de los Comunes, que el Gobierno está decidido a aceptar la decisión del referéndum, pero más de la mitad de los ciudadanos apoyan abandonar la Unión Europea.
Por su parte, el veredicto británico fue un factor clave para que la libra esterlina alcanzara su cambio más elevado frente al dólar durante el último año, revalorizándose en 1.12 porcentual.
