Opinión Mundialista por el Lic. Carlos Pérez Piña

Opinión Mundialista por el Lic. Carlos Pérez Piña

Los mexicanos somos conocidos por nuestra cálida cultura y el amor que le tenemos a la vida. Disfrutamos de una buena fiesta, una buena comida, de un partido de fútbol y de la interacción con otras personas.

Sin embargo, en algunos momentos nos excedemos en nuestras celebraciones, lo cual, genera que mucha gente no esté acostumbrada a este tipo de reacción, sobre todo cuando hay personas de países con culturas ecuánimes y que llevan la vida un poco más mesurada.

Dicho lo anterior, en la época de una Copa Mundial se origina un fenómeno muy raro, divertido y en ocasiones trágico para todos los compatriotas. Un gran ejemplo es lo que está sucediendo en Rusia en este momento, en la red nos podemos encontrar miles de videos de mexicanos poniendo el ambiente en Rusia. Desde cantar el “Cielito Lindo” en la Plaza Roja de Moscú, hasta bailar el famoso “Payaso de Rodeo” en plena vía pública.

Lo mejor del Mundial es ver personas de otros países unirse a la fiesta mexicana, en especial cuando las culturas se unen y se divierten al mismo tiempo ya que es muy grato ver a colombianos, argentinos, japoneses, rusos, alemanes convivir y disfrutar de la gran fiesta del fútbol. Pero, como mencioné anteriormente, en ocasiones nos extendemos más allá de la raya. En reiteradas ocasiones, los mexicanos han sido protagonistas de casos de vandalismo, robos, peleas y hasta trágicas muertes.

Podemos recordar al mexicano que apagó con su orina el famoso fuego eterno en Francia 98, el que apretó el botón de emergencia del tren bala de Japón por primera vez en toda su historia en el 2002 y más recientes la trágica muerte del joven mexicano que se lanzó de un crucero al mar en Brasil 2014. Es indiscutible que la República Mexicana le pone más sabor al Mundial. Siempre se busca la diversión, empero, es mejor cuando se convive con otras culturas y con una diversión donde nadie sale herido o detenido. Se puede tomar, cantar, bailar, convivir, para eso es la gran fiesta del fútbol, pero siempre respetando a los seres humanos y las leyes que rigen a los países.

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