La leyenda viviente narra la emotiva experiencia que ha tenido dentro del magnífico mundo de los deportes, principalmente en los maratones:
Fui alguien de familia numerosa y de escasos recursos como en aquella época, muchas bocas que alimentar y poco que comer dijera mi madre. En el año de 1960 (próximos a los 11 años) decidí salirme de mi casa por ciertas inconformidades o caprichos de niño por así decirlo, claro que no tenía idea de a dónde ir; solamente supe que me entregaría al mundo por completo. Tuve amistades buenas, malas, pero afortunadamente caí en buenas manos y pude trabajar en una draga como abridor de brechas (barcos que se dedican a hacer excavaciones). Posteriormente a los 12 años me asignaron el puesto de capataz de un rancho de 100 hectáreas por el mismo carácter que ya había forjado y la verdad es que nunca tuve la intención de alejarme a más de 100 km de mi casa debido a mi madre, que hasta la fecha su recuerdo me motiva mucho.
En el año de 1968 me fui para la ciudad de Tuxpan, Veracruz donde empecé a hacer trabajos como pulidor de suelos, levantar paredes para construcciones, hacer drenajes, pintar paredes, entre otras muchas profesiones.
Más adelante, en 1970 tuve la oportunidad de darme de alta en el ejército, tomando ventaja de la disciplina que había formado en mi persona y el carácter formado durante todos esos años, además, era curioso mi gusto por el color verde del uniforme y el gran honor que representaba portar uno de esos. Ahí establecí solamente un trabajo el cual era el ser militar y conforme los años fui subiendo de rango, empezando por cabo de infantería, sargento segundo, sargento primero y finalmente a subteniente siendo éste mi más alto rango en el ejército.
A la edad de 29 años tuve mi primera gran experiencia dentro del atletismo donde fui obligado por un capitán conocedor de las disciplinas en carreras de fondo debido a los vicios que tenía con el alcohol y el tabaco, y que debía tratar de olvidar.
Gracias a eso el capitán se pudo dar cuenta que tenía talento para este tipo de pruebas logrando marcas que ni yo esperaba con un tiempo de 14 minutos 16 segundos en los 5 km y 30 min 56 segundos en los 10 km, justo diez minutos después de haber corrido la primera prueba.
Tras obtener esos resultados el capitán me convenció de dejar los vicios durante toda la temporada y afortunadamente tuve la oportunidad de participar en los juegos regionales y posteriormente en los nacionales organizados por el ejército.
Teniendo problemas dentro del batallón, decidí retirarme y buscar suerte dentro del deporte por mí mismo, donde más adelante tuve la oportunidad de participar en gran cantidad de competencias a nivel nacional e internacional.
Mantuve mi nivel durante varios años, llevando una buena alimentación y la disciplina que todo atleta cumple dentro de su profesión, utilizando mi carácter para salir adelante por mi cuenta.
Dentro de la experiencia que tengo, corrí mi primer maratón en 1986 en la Ciudad de México, logrando un tiempo de 2 horas 22 minutos. Cuatro años más tarde participé en el mismo maratón, donde desafortunadamente se me reventó un intestino y estuve a punto de morir, tuve que llevar terapia intensiva durante casi un mes. Al recuperarme los doctores pensaban que tendría el trauma psicológico de no volver a correr, pero no, mi trauma se generó por las ganas de volver a correr y recorrer de nuevo el pavimento.
Motivado y con las ganas de querer desafiarlos, corrí el mismo maratón de la Ciudad de México ocho veces consecutivas, cerrando la boca de todos los que pensaban que no podría volver a hacerlo.
Desde entonces siempre he dicho que, si en algún momento sufro algún tipo de percance es por voluntad propia, yo soy y seguiré siendo el motor de mi destino, porque esto es un espectáculo y las personas vienen a disfrutarlo.
Años más tarde, participé en el maratón de España con grandes atletas de la época, donde lamentablemente sufrí una descompensación cayendo a la altura del kilómetro 38 y sin más remedio tuvieron que sacarme de la carrera para mi pronta recuperación.
Más adelante, tuve la oportunidad de participar en una carrera de los 10 km en Pittsburgh, Pennsylvania logrando una marca de récord mundial con un tiempo de 28 minutos 52 segundos, siendo ésta mi mejor marca registrada en dicha distancia hasta hoy.
Otro récord que establecí y del cual estoy muy orgulloso, fue el de los 15 km en el año 1991 en Portland, Oregón, donde logré una marca de 45 minutos 19 segundos en dicha prueba, marca que poseía el Veracruzano José Antonio Villanueva en aquel entonces y que al parecer había sido todo un espectáculo.
Durante el mismo año, competí en una carrera de 25 kilómetros logrando una marca de 1 hora 18 minutos, insatisfecho y con capricho de querer mejorar, regresé al año siguiente consiguiendo una nueva marca de 44 minutos con 44 segundos en los 15 kilómetros y la de los 25 kilómetros en 1 hora 16 minutos, todo esto a mis 42 años.
Hoy considero que el mejor logro que he tenido y que debe tener cada individuo es tener la confianza en sí mismo, tal y como yo lo hice durante mi carrera y tener siempre mis objetivos bien plasmados el cual era mantenerme dentro del plano mundial en la categoría master la mayor parte del tiempo posible y lograrlo hasta el año de 1995.
He corrido 165 maratones en toda mi vida y ninguno ha sido con el afán de acumular en cantidad, sino el ser ganador de cada una, de cuando sea en donde sea. De igual manera quise romper los mitos que los especialistas me decían todo el tiempo, que, si debía dejar de correr, que el cuerpo no aguantaría y un sin fin de cosas. Gracias a dios mis articulaciones me permitieron salir adelante cumpliendo 13 maratones en un solo año y que, hasta hoy, sigo pensando que todo puede ser posible si te lo propones.
Hoy en día me encuentro en la ciudad de Mérida, Yucatán por motivos de trabajo y mejor estimulación con relación al deporte, buscando siempre ser un mejor entrenador brindando siempre mi experiencia en beneficio de cada atleta bajo mi responsabilidad.
Por: José María Martínez Gómez
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