La mejor manera de obtener una mayor recaudación y crecimiento económico es por medio de la reducción de los impuestos, esto cuando menos a un nivel bajo o moderado porcentaje. Por ejemplo, Estados Unidos en 1920, 1960, 1980, 2000 y ahora con su presidente Donald Trump, hizo una reducción en impuestos, esto se reflejó no solamente un mayor crecimiento económico, sino en mayor recaudación.
En 1920 cuando EEUU bajó los impuestos del 70% al 25% con aquellos estadounidenses que ganaban 100,000 dólares, pasó de representar un 33% de impuestos a un 65%.
Hoy en día, el 50% de los “ricos” del país norteamericano pagan 97% de impuestos recaudados. De esta forma, al bajar impuestos y quitar regulaciones, se permite generar nuevas empresas, por ende el sector privado y las personas civiles obtienen más dinero, el cual se destina a gastos, ahorros, inversiones, creaciones de nuevos empleos, se aumenta el salario, productos y servicios, en pocas palabras se crea más riqueza.
Otro ejemplo es Irlanda, que bajó impuestos en las corporaciones de un 40% a 12.5%. Estas acciones permitieron que la economía de aquel país crezca de una forma inimaginable. De igual modo, se puede mencionar a Estonia, que tiene un impuesto plano de 20%.
Por su parte, Brasil recientemente disminuyó sus impuestos en las empresas: del 34% al 15%. Se argumentó que sus impuestos tienen que ser menores a los de Estados Unidos.
Inclusive, Dinamarca se unió a dichas acciones, ahora los impuestos de las empresas escandinavas rondan en el 20%.
Cabe señalar que, países como Francia, Corea del Sur y Argentina, incrementaron sus impuestos: el resultado fue negativo y terrible para su economía.
En México, se paga un total de 50% en impuestos, por lo que, es necesario reducir el porcentaje que se paga. Si queremos progresar como países tenemos que tomar esas acciones, para así, salir de la pobreza.
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