“Soy una nube, porque yo fui controlador de tráfico aéreo y, como controlador, me inicié en la poesía”, afirmó el Maestro Roger Metri Duarte cuando se le pidió presentarse de una forma creativa. Como él diría a continuación, ¿qué tiene que ver la poesía con ser controlador aéreo? “Los dos están en las nubes”, fue su sonriente respuesta. El escritor, y profesor en la Universidad Anáhuac Mayab, confesó que se apropió de dicha línea, que pertenece a la teoría de Augusto Monterroso.
“Me identifico con ese mundo aéreo”, agregó con tranquilidad.
En este mundo aéreo de su predilección, cuando la aviación era arcaica, se encerraba una esencia muy romántica que lo atrapó desde “muy chavo” y le abrió la puerta para pensar en la literatura. Después, estudió Arquitectura.
“Ahí había una materia, Historia del Arte, el mundo a través del arte [realmente] y fue primordial para mi decisión de sentarme a escribir”.
Sin embargo, su encuentro con la Literatura se dio desde antes, en la casa materna. Metri señaló la existencia de una inclinación por la declamación por parte de su madre, que a su vez influyó de forma determinante en su incursión al mundo de las letras.
Entre sus influencias, reconoce a Octavio Paz como su primer gran impacto, a quien identifica como “una mente tan lúcida, utilizaba palabras tan expertas, precisas y hermosas”. Posteriormente, como escritor y poeta, las mujeres tuvieron un rol importante:
“Virginia Woolf y Marguerite Yourcenar, sobre todo porque tenían esta percepción de la belleza y una gran preocupación por el tiempo, y ese es un tema. Obviamente las mexicanas, Rosario Castellanos, Elena Garro y las contemporáneas hasta llegar a Elsa Cross y Coral Bracho, que todavía están vivas y que para mí se me hacen dos extraordinarias poetas”.
Cuando hablamos de acercamiento al arte y la cultura local se mencionan nombres como Emmanuel Carballo, Beatriz Espejo y Óscar Oliva, con quienes se involucró a raíz de la Beca de Poesía que obtuvo en los 80’s por parte del Gobierno del Estado. Como parte de las tutorías de Literatura recibió pláticas acerca de pintura, cine y cultura en general; “iba de la mano de muchos productos artísticos que platicábamos, eso me acercó a la cultura”, afirmó el maestro Metri. A su vez, el mundo propio de los escritores aportó a su conocimiento del medio artístico y cultural de Yucatán.
“Yo pertenezco a una asociación que se llama Centro Yucateco de Escritores. Uno, porque el tutor local de la beca era a través del centro; y dos, porque se hizo amigo mío Jorge Lara Rivera”.
“¿Jorge Lara…?”
“Rivera, sí, como a la orilla del río”, aclaró sin abandonar la tranquilidad y la alegría, “y Reina Echeverría, que también entró como practicante”.
En grupo discutían de arte y los pintores los invitaban a sus exposiciones, la gente de teatro a sus puestas en escena. Roger Metri nos recuerda que era un Mérida entre los 80’s y 90’s, donde hubo un desarrollo cultural muy interesante. Gracias a su trabajo de controlador tenía la oportunidad de nutrirse en diferentes países, entre ellos, Cuba: para él un país muy interesante que con todas sus carencias tiene un gran desarrollo intelectual, aunado a un desarrollo estético independiente por la situación sociopolítica.
“Creo que sucede eso con las sociedades. Cuando el poder político te encierra, las sociedades se abren por debajo subterráneamente y son un poco más libres en su mundo subterráneo. Y cuando se abre demasiado el político, las sociedades se vuelven muy egoístas y entonces empieza este individualismo, ya no te comparto y lo que descubrí en este libro es solo mío”.
Como es visible, la interacción entre disciplinas artísticas y sus amistades fueron determinantes para su desarrollo creativo. Respecto a este sentido, indicó que “el esfuerzo de los creadores, de los artistas, en aquel entonces se entendió que era un poco más autónomo del gobierno para no depender de los vaivenes de quién está en el poder, los partidos políticos, cuánto dinero hay”.
El poeta también mencionó que este mundo artístico vino con sus obstáculos, principalmente el ego del ser humano, que está en todos los grupos. “El ego sigue siendo un problema que no logramos entender ni controlar”, además, con la adquisición de reconocimiento éste se nutre. Aunque indica que es válido saberse importante, hay que recordar que “la obra es importante y es la que, si es buena, va a permanecer” (una variación de la cita de Marguerite Yourcenar).
La etapa como Funcionario Público.
A finales de los 80’s, a su buen amigo, Jorge Lara, lo comisionan como Secretario Técnico de Cultura de Yucatán y el Instituto de Cultura vuelve a tener el mismo dirigente, el maestro Esma. Entonces, recuerda Roger Metri, lo buscan para la dirección de Literatura donde sólo atendía a escritores. Confiesa que no era un grupo tan difícil para trabajar:
“Nunca es fácil trabajar con gente inteligente, sensible y receptiva [como los artistas]”, reconoció entre risas, “pero la inteligencia siempre da frutos, al final uno pone de lado cualquier cosa cuando el producto es pura luz”.
Posteriormente, fue secretario de Cultura del Ayuntamiento en dos ocasiones. Allí encontró un reto: el presupuestal y después la atención personalizada con los artistas. Quienes reconoce que “quieren que los atienda el director, entonces eso lleva mucho tiempo y hay un desgaste emocional y energético porque muchos vienen a plantearte una serie de problemas por los que están pasando y tu misión como funcionario es tratar de resolvérselos en toda la medida de lo posible”.
En el extremo positivo, Metri reconoce que lo mejor fue ver los productos finales, pues “hay festivales que se preparan todo un año, entonces cuando vas viendo las puestas en escena, las galerías, el que haya podido estar Picasso, Dalí, Goya, los mexicanos grandes: Rafael Coronel, Tamayo, Fernando Cohen, Frida Kahlo, lo disfrutas”.
Hoy, como en esa época, hay que seguir promocionando la cultura. Los jóvenes, por un lado, deberían “aprovechar el potencial de las áreas culturales de los mismos gobiernos”. Agrega que el puente debería consolidarse o hacer mayores esfuerzos para mantener libre el paso entre esas áreas: la cultural y de los jóvenes.
Antes de concluir, el Maestro Roger Metri nos comparte que entre sus planes está seguir escribiendo y que en la actualidad va por su siguiente poemario que se basa en “Memorias de Adriano” de Marguerite Yourcenar; además, está preparando una charla sobre José Emilio Pacheco por el ochenta aniversario de su nacimiento. “Sigo leyendo y escribiendo”, comparte Metri, “y dando una clase para la que me invitaron acá, que es Periodismo Cultural”.
