Cuando se escucha el nombre de esta enfermedad, automáticamente se piensa en el famoso personaje sombrerero loco de “Alicia en el país de las maravillas”, novela escrita por Lewis Carrol. Sin embargo, lo que no se sabía es que en realidad, el escritor tomó la idea de un hecho real. La idea nace debido a que en Francia en el siglo XIX, los sombreros eran accesorios esenciales para la vestimenta de esa época, por lo que se requería de su fabricación. Como consecuencia, los fabricadores de sombreros sufrían de una terrible enfermedad.
Originalmente utilizaban orín de camello para el proceso textil de los sombreros, pero en cambio optaron por el mercurio, el cual los trabajadores se exponían mucho tiempo a esta sustancia, ya que era el componente básico para tratar la piel de los animales, y producir fieltro para los sombreros. Por lo que al tener mucho contacto con esta sustancia se intoxicaban severamente, consecuentemente, dañaban su piel, órganos importantes como el corazón, los pulmones, el sistema inmunológico e incluso llegaba a producir alteraciones neurológicas, por lo que los afectaba completamente.
Debido a todas esas alteraciones los sombrereros sufrían de temblores incontrolables (la característica más representativa), irritabilidad, hiperactividad, timidez, pérdida de memoria, inestabilidad emocional, comportamiento antisocial, insomnio o somnolencia.
A finales del siglo XIX la enfermedad estuvo muy presente, por lo que buscaron alternativas en donde no se utilizara el mercurio para la fabricación de los sombreros en Francia y en Inglaterra.
