Datos recientes proporcionados por la Universidad de Stanford y el Instituto Mexicano del Seguro Social muestran que el estrés baja la productividad laboral. Asimismo, también puede incrementar las probabilidades de muertes prematuras.
Ahora, resulta pertinente definir el término «Estrés laboral».
Surge cuando las presiones del trabajo llevan a una saturación física y mental. Entre sus síntomas más comunes se encuentra la ansiedad. Este padecimiento ocasiona un consumo de alimentos por debajo o por encima de lo normal. Según un estudio de la Universidad de Stanford, puede llegar aumentar la probabilidad de padecer obesidad por un 35%.
Esto también aplica para enfermedades cardíacas. La reacción de “luchar o huir” del estrés -ocasionada por la adrenalina y noradrenalina- causa que incremente la presión muscular y arterial.
A su vez, burnout, es otro de los términos que se relacionan directamente e indirectamente con el estrés laboral. Sin embargo, burnout no causa daños si se vive por un breve periodo en el cual la persona se ve abrumada por un obstáculo, pero luego encuentra una salida.
Para quienes padecen enfermedades cardíacas o lesiones vasculares cerebrales, este incremento de presión súbito puede terminar en hemorragias mortales. Por lo cual, el mismo estudio también descubrió que la gente que padece de estrés laboral es 20% más propensa a sufrir una muerte prematura.
Para el resto de la población, los problemas pueden originarse cuando el causante del estrés no tiene un fin alcanzable. La tercera hormona del estrés, el cortisol, se encarga de la adaptación al estrés. Una exposición de más de dos meses a esta lleva a síntomas fisiológicos como: hipertensión, gastritis, alopecia, visión doble, problemas con la memoria, entre otros.
Dichos padecimientos, tal vez no son mortales, pero sí bajan la calidad de vida de las personas. A esto se lo denomina como “Burnout”.
En México, el 75% de la población laboral sufre fatiga causado por el estrés laboral. Se coloca a la República Mexicana por encima de países como China y Estados Unidos. Este estrés es causado por una media de horas de trabajo anuales de 2,257, casi el doble de otros países como Alemania y no resulta en un país más productivo. Por lo contrario, los niveles de productividad en el país van en decadencia.
Nadie muere por estrés como causa directa. Sin embargo, los efectos secundarios de una exposición prolongada a este pueden modificar drástica la calidad de vida de las personas y contribuir a la terminación temprana de sus vidas.