Recuerdo vivamente
aquella vez que nuestros
ojos se encontraron.
Tu mirada me sedujo.
Recuerdo aquella vez que tu
parpadeo fue muy lento y
tus pupilas se dilataron.
Tu respiración era agitada.
Recuerdo el momento en el que
nuestros corazones palpitaban como
metrónomos en presto agitato.
Tu mano se encontró con la mía.
Recuerdo aquel día que tu suspiro
reanudó el tiempo y amenazaste
con acercarte a mí.
Tus intenciones eran desconocidas.
Recuerdo la gloria que sentí cuando
pegaste tus labios a los míos y me
besaste con inmensurable pasión y lujuria.
Tus sentimientos equiparaban los míos.
Recuerdo que sólo tú existías
en ese momento apasionado,
tú y tus carnosos labios.
Tu presencia opacaba al mundo.
Recuerdo que probé a lo que
sabías y tu aroma era más intenso
que cualquier perfume existente.
Tú agobiaste mis sentidos.
Recuerdo el asombro que sentí la vez que
asomaste tu lengua por la comisura de mis
dientes y ésta bailó dentro de mí.
Tu osadía quebró mis defensas.
Recordaré por siempre el momento en el que me
agarraste de la nuca y me jalaste hacia ti, temiendo
que nuestros labios se separaran.
Tu miedo era exactamente como el mío.
Recuerdo, sin duda, el dolor que sentí cuando
mordiste mi labio con deseo y pasión lujuriosa
y casi haces que mi corazón reviente.
Tú despertaste deseos en mí.
Recuerdo que, al separar nuestras bocas,
seguía teniendo tu sabor y olor en mi mente
como si siguiera teniéndote pegada a mí.
Tú me hipnotizaste por completo.
Recuerdo, lamentablemente, que te despediste
con un beso en la mejilla y te fuiste,
dejándome nuevamente solo.
Tú me dejaste petrificado en mi lugar.
Recuerdo aquella vez que no supe qué
hacer, me dejaste estupefacto con
la cabeza en otra galaxia.
Tu ardor saturó mis pensamientos.
Te recuerdo vivamente a ti,
tu persona y tus labios, tus sentimientos
y tus pasiones, tu carácter y tu estilo.
Tú me conquistaste con solamente un beso.
Hermoso