Estoy sentado con los dedos de las manos entrelazados,
pasan las horas y los minutos lentamente.
Se me hace un nudo en la garganta, tengo frío
y no quiero despedirme de ti, honestamente.
Recuerdo cuando era pequeño, malcriado y desobediente.
Tú me cuidabas cada que podías hacerlo
y a pesar de mis errores, tú seguías junto a mí muy sonriente:
algo que en aquel entonces, no logré comprender del todo.
Fueron años los que pasaron, de mucho gozo y dolor,
hasta el día de hoy, que me encuentro atando los cordones de mis zapatos,
bien boleados y negros, como siempre los usaste.
Sigo tratando de procesar en mi mente todo esto que pasaste.
Junto a mis padres recordaba lo mucho que te gustaba
caminar por las calles en la mañana y saludar a la gente,
un tipazo sin igual, con un humor indecente
que a mí me fascinaba oír cuando estaba presente.
También recordé aquel día tan funesto y amargo
en el que poco a poco dejaste de ser así,
olvidaste en un principio tus llaves y tu cartera,
hasta que olvidaste tu nombre y todo acerca de ti.
Mientras bebo una taza de café, pienso en lo mucho que te quise,
he tratado de ser fuerte para mi madre, quien ahora se encuentra
profundamente triste por más que lo intenté.
No pude aguantar la melancolía y un par de lágrimas emergieron
de mis ojos hasta alcanzar mis mejillas.
La energía que tenías se fue consumiendo
y fue más complicado aún, verte muy fatigado ya que
día a día se te presentaba un nuevo padecimiento
hasta que tu corazón no aguantó más y se detuvo por completo.
Llegó el amanecer de un nuevo día, el cual ya no alcanzaste ver
y estoy de pie frente a ti, observándote por última vez
te tomo de la mano y, como si Dios me concediera un milagro, escucho tu voz
“Esto solo es un hasta luego, mas no un definitivo adiós”.
(Este poema es dedicado a mi abuelo, quien falleció el pasado 17 de Septiembre. Buen viaje abuelito, mil gracias por todo tu amor).
Columna desarrollada por estudiantes de la Escuela de Comunicación y Empresas de Entretenimiento de la Universidad Anáhuac Mayab en el marco de la asignatura «Narrativa literaria».
Me gusto mucho como al principio del poema no nos imaginábamos en que acabaría y que seri una tragedia. Me gustaron sus palabras.
La manera en que te expresas es muy conmovedora. Me gusto mucho tu elección de palabras.
Te salió muy bonito. Estoy segura de que a tu abuelito le hubiera gustado mucho 🙂