Despertándome un día como todos los demás,
mis pensamientos son tranquilos nada más.
Vista a al cielo explorando el amanecer del día,
es un 20 de marzo, un día cualquiera.
Sin pensar un 20 de marzo todo cambiaría,
vistiéndome con ropa floja y emocionada,
alegre estoy de no tener que ir a la escuela,
alegre estoy de mi tiempo libre.
Alegre estaba de estar en mi casa,
alegre estaba de no tener que despertar a las 5 de la mañana,
en verdad alegre estaba, pero, no sabía lo que significaba.
No estaba consciente de lo que significaba,
no sabía a qué nos enfrentamos,
pensé que solo sería un tiempo,
de repente todo se veía como desierto.
De un día a otro todo cambió,
volteo a todos lados, camino entre las calles.
Una tela está cubriendo nuestros labios,
solo veo los ojos, ojos llorosos.
Así empecé mi cuarentena, no sabía a qué me enfrentaba,
pasa el tiempo y quiero que acabe,
pasa el tiempo y todo es extraño,
pasa el tiempo y el reloj no se detiene.
Extraño lo que hacíamos antes,
extraño salir sin preocupaciones,
extraño ver las sonrisas,
extraño las caricias.
Es un mundo nuevo, un mundo para explorar,
la verdad es inquietante,
la verdad… no sé qué va a pasar:
terminando todo esto, definitivamente falta festejar.
Veo en muchos ojos tristezas sin parar,
calma les digo, esto se detendrá,
calma les digo, tenemos que aguantar,
calma les digo, se acostumbrarán.
Cada vez esto es más normal,
cada vez es más tranquilidad,
a veces creo sentir un vacío,
un vacío que no sé cómo llenar.
Mis sentimientos cambian sin parar,
un día estoy neutral y al otro llorando sin parar.
Mis sentimientos cambian sin parar,
un día neutral y al otro no sé qué pensar.
No sé si hay más como yo,
no sé si se sientan igual,
no sé qué pensar de este mundo sin explorar,
no sé si ya es momento de que me tenga que acostumbrar.
Columna desarrollada por estudiantes de la Escuela de Comunicación y Empresas de Entretenimiento de la Universidad Anáhuac Mayab en el marco de la asignatura «Narrativa Literaria».
Espero que llegue un día en el que todo pueda ser como antes. El 2019 parece tan lejano…
La verdad es que la pandemia sí ha cambiado nuestras vidas drásticamente