Para ti,
tú que iluminas mi día
cada que veo esa sonrisa,
pues es hasta que te rías,
que se aliviana mi brisa
y me llena de alegría.
Para ti,
que solo de esta forma
me atrevo a profesar,
pues mi amor hacia a ti
no lo puedo confesar.
Para ti,
que con solo una mirada
me haces el día
y me llenas de alegría.
Esto es para ti,
pues aunque no me puedo confesar,
mi corazón quiere reventar,
ya que desde que te conocí,
no te puedo olvidar.
Y a mí me gusta pensar
que no fue casualidad,
pues por ti
puedo amar.
Columna desarrollada por estudiantes de la Escuela de Comunicación y Empresas de Entretenimiento de la Universidad Anáhuac Mayab en el marco de la asignatura «Narrativa Literaria».