El ex mandatario Evo Morales ha lanzado un nuevo partido en Bolivia: Evo Pueblo. La agrupación, conformada por indígenas y campesinos, respalda su candidatura para las elecciones presidenciales del 17 de agosto, a pesar de que la justicia lo ha inhabilitado.
Un proceso legal en marcha
Para obtener reconocimiento oficial, Evo Pueblo deberá completar un extenso proceso, que incluye registrar al menos 109,500 militantes, equivalentes al 1.5 % del padrón electoral. Mientras tanto, Morales ha anunciado que participará en los comicios con Frente para la Victoria, un partido minoritario sin representación parlamentaria.
El anuncio de su nueva agrupación se realizó durante una reunión de campesinos y obreros en Villa Tunari, Cochabamba, su bastión político. «Se propuso aprobar la sigla Evo Pueblo como identificación oficial del movimiento, la misma que fue aprobada por mayoría», comunicó Morales en redes sociales.
Ruptura con el MAS y un escenario político tenso
En febrero, Morales renunció al Movimiento al Socialismo (MAS), partido que dirigió durante 26 años y que actualmente está bajo el control de una facción afín al presidente Luis Arce, su antiguo ministro y ahora adversario político.
Sin embargo, su candidatura enfrenta un obstáculo legal. El Tribunal Constitucional, mediante un fallo de 2023, determinó que ningún ciudadano boliviano puede ejercer más de dos mandatos presidenciales. Esta decisión impide su participación, ya que gobernó en tres periodos consecutivos entre 2006 y 2019.
«Nos tienen miedo»
Pese a la prohibición, Morales insiste en que no tiene un «plan B» y reafirma su intención de competir en las elecciones.
«Vamos a ganar las elecciones nacionales, por eso nos tienen tanto miedo», declaró ante cientos de seguidores en el cierre del evento. Aunque no ha presentado un plan de gobierno detallado, adelantó propuestas como una jubilación universal y el fortalecimiento del seguro público de salud.
Actualmente, Morales mantiene una tensa disputa con el presidente Arce, a quien acusa de intentar excluirlo de la contienda electoral.
Un futuro incierto
Además de la prohibición legal, Morales enfrenta una orden de captura por un caso relacionado con el presunto abuso de una menor cuando aún era mandatario.
Pese a estos obstáculos, sus seguidores planean una «gran movilización» para presionar al Tribunal Supremo Electoral cuando se presente su candidatura, cuyo plazo vence en mayo.
Para el politólogo Daniel Valverde, de la Universidad Gabriel René Moreno, la situación de Morales es cada vez más complicada. «Lo veo disminuido y creo que está yendo a chocarse contra un muro», afirma.
Por otro lado, la politóloga Ana Lucía Velasco considera que, aunque la inhabilitación parece definitiva, aún podría haber margen para una negociación política.
«En Bolivia todo puede pasar. No lo daría 100 % por inhabilitado (…), tal vez tiene alguna carta bajo la manga», señala Velasco.
A pesar de esto, ambos expertos coinciden en que Morales intentará desestabilizar el país si su candidatura es rechazada. Sin embargo, su capacidad de convocatoria podría no ser la misma que en el pasado.
«Si bien creo que va a intentar agitar el avispero y generar convulsión, dudo de qué tan fuerte podrá ser», comenta Velasco.
No obstante, advierte que el descontento social provocado por la crisis económica podría generar un escenario volátil, en el que la opinión pública oscile entre el rechazo y el apoyo a Morales.