TikTok ha revolucionado la industria musical. Un solo trend puede hacer que una canción pase de ser desconocida a liderar las listas de reproducción en cuestión de días.
Pero, así como el algoritmo impulsa a los artistas al estrellato, puede también condenarlos al olvido. Entonces, ¿es TikTok un trampolín o solo una burbuja que estalla demasiado rápido?
TikTok ha cambiado las reglas del juego. Su algoritmo, basado en la participación y el comportamiento de los usuarios, permite que una canción se convierta en tendencia sin necesidad de una gran estrategia de marketing detrás. Mientras en plataformas como Spotify o Apple Music el ascenso suele ser progresivo, en TikTok el éxito puede ser inmediato, explosivo e incluso fugaz.
Así como TikTok ha impulsado a muchos artistas al estrellato, también ha sido el responsable de su rápida desaparición. El fenómeno conocido como «One Hit Wonder Syndrome» ha atrapado a numerosos músicos cuya fama se desvanece tan rápido como llegó. Casos como BBNO$ con Lalala, Saint Jhn con Roses (Remix) y Surf Mesa con ILY ilustran cómo un hit viral no siempre garantiza una carrera sólida.
Ejemplos emblemáticos como Old Town Road de Lil Nas X, Say So de Doja Cat y Bad Habit de Steve Lacy demuestran el poder de la plataforma para catapultar carreras. Sin embargo es importante plantearnos qué tan sostenible es este éxito.
Muchas canciones virales en TikTok tienen una vida útil de apenas 30 días en las listas de popularidad antes de caer en el olvido. Además, un informe de Billboard indica que el 50% de los artistas que alcanzan el éxito gracias a TikTok no logran replicarlo en futuros lanzamientos. En otras palabras, la viralidad puede otorgar tanto beneficios como una sentencia de caducidad.
Para comprender mejor su impacto en la industria musical, consultamos a Julio Vidaña o JULIEE, un artista de Mérida que lleva cinco años en la industria con diferentes proyectos, el más grande ha sido Princesa Cereza que a mediados de 2023 lograron un pico de popularidad bastante alto haciendo que vayan de tour por todo México, nos comenta el artista.
“Mi experiencia en redes sociales como TikTok ha sido muy complicada por el momento que se está viviendo en el que cada vez hay mas y mas artistas y es más difícil destacar, e incluso si lo haces no significa que el éxito esté garantizado, entonces tuvimos que batallar bastante ya que había artistas que por vivir en ciudades más grandes tenían más oportunidad (…)” comenta JULIEE sobre su experiencia usando las redes sociales como medio de promoción lo cual abre el cuestionamiento de qué tanta ventaja se adquiere con estas nuevas herramientas realmente.
Princesa Cereza fue una banda que gracias a TikTok ganó una popularidad impresionante para sur de México, pero consigo trajo muchos estragos como lo fue el hate masivo injustificado que comenzaron a recibir los miembros y el proyecto, afectando en las vidas personales de los integrantes y en su desempeño artístico.
“El hecho de que las redes perjudiquen o no depende mucho del discurso que quiera dar el artista. Obviamente es una herramienta que podría ayudar a cualquiera pero usarla o no usarla no determina el éxito que puede llegar a tener, igual el cómo se utiliza porque no va a ser el mismo que le podría dar alguien que hace pop a uno que hace reggaetón o uno que se dedique a la música clásica.”
El cantautor y productor hace un análisis bastante acertado sobre el papel y responsabilidad que juega la estrategia del artista y su mensaje al momento de promocionarse en tales plataformas o el impacto repentino que podría tener su música, alegando que no depende solo de la suerte sino de algo que deba ser genuino pero también bien planeado ya que, a final de cuentas, no puede servir la misma fórmula para todos.
“Afecta bastante (a la industria). Hay muchos artistas que tal vez no tienen un público tan afianzado pero sus números en plataformas pueden hacer creer que si los tienen, entonces pueden tener más oportunidades debido a la narrativa que ellos construyen de forma pública sobre su proyecto musical que puede ser muy distinta a la narrativa que puede estar ocurriendo en realidad pero eso puede ser algo que no muchas personas saben fuera de ellos”
Confirma que ha afectado a la industria en general más allá de las mentes creativas llegando a la parte corporativa y ha reiterado su opinión sobre que el artista debe saber que decir sobre su música buscando también la autenticidad.
“A final de cuentas TikTok es una herramienta más, y no es una mala herramienta sino que a final de cuentas la tienes que usar con sabiduría, los números de tiktok no simbolizan un éxito.”
Es como cierra él junto a el punto positivo de que TikTok no solo es una herramienta para el artista sino que también para el oyente, ya que hay personas que buscan de forma no activa descubrir nueva música y eso puede servirles de mucho así como a los artistas si es usado adecuadamente .
Julio Vidaña es un chico que ha vivido de primera mano ambas caras de la moneda que trae consigo el haber tenido éxito gracias a las redes sociales, lo cual le ha dado una perspectiva totalmente distinta sobre el manejo de esta herramienta para los artistas y consumidores.
Si bien TikTok puede ser una catapulta, la clave está en saber aterrizar. Algunos artistas han logrado convertir su viralidad en una carrera estable. Olivia Rodrigo, por ejemplo, utilizó el éxito de Drivers License para cimentar su presencia en la industria con un álbum completo y una estrategia de marketing bien estructurada. The Kid Laroi, tras el boom de Without You, ha mantenido su relevancia con colaboraciones estratégicas y un manejo de marca coherente.
Desde otra perspectiva, la fama no siempre es el objetivo de los artistas. Tal es el caso de Gotye (Somebody That I Used to Know, 2011) es un ejemplo de un artista que eligió alejarse del estrellato. Tras alcanzar un éxito masivo, decidió no seguir explotando su imagen y optó por proyectos más íntimos y experimentales, evitando la presión de mantenerse en la cima. En su momento, era posible salir de la escena mediática sin grandes consecuencias, pero en la actualidad, ¿es igual de fácil?
Hoy en día, los artistas están constantemente expuestos a la presión de generar contenido, mantenerse virales y adaptarse a las tendencias. TikTok no solo da fama, también exige una presencia continua. Quienes intentan retirarse muchas veces ven sus números desplomarse, lo que impacta directamente en sus contratos y oportunidades en la industria. En este ecosistema, ¿quién tiene realmente el control: el artista o la plataforma?
TikTok ha democratizado la música, pero también ha acelerado su obsolescencia. Mientras algunos artistas logran convertir un trend en una carrera sólida, otros ven su fama desvanecerse tan rápido como un video en el «For You Page». La viralidad puede abrir puertas, pero la permanencia depende de estrategias inteligentes y una visión a largo plazo.
¿Es TikTok una plataforma que verdaderamente ayuda a construir el futuro de los artistas o simplemente los consume hasta que surge el próximo fenómeno viral? ¿Tienen los músicos el poder de controlar su destino en esta era digital, o están atrapados en un ciclo de contenido desechable? La respuesta, como la música misma, está en constante cambio.